El Opel Crossland X es el reemplazo efectivo del Opel Meriva. Un crossover de pequeñas dimensiones que viene a cubrir el hueco entre un monovolumen y un todocamino. Con su carrocería de cinco puertas y 4,20 metros de longitud, tiene entre sus principales rivales a máquinas como el Nissan Juke, el Mitsubishi ASX o el Peugeot 2008, cuya próxima generación será construida junto al futuro Citroën C3 Aircross y este Opel en la fábrica de Figueruelas (Zaragoza). Nos preguntamos en este artículo, ¿cuáles son los motores más interesantes del Opel Crossland X? Y antes de que lo preguntes, sí, todos son de origen PSA Peugeot-Citroën.
Al ser un producto con base PSA, el Opel Crossland X tiene una gama de motorizaciones íntegramente francesa, cuyas denominaciones comerciales varían ligeramente para ser adaptadas a las denominaciones imperantes en Opel. La gama en gasolina arranca con un motor 1.2 MPFI atmosférico de tres cilindros y 82 CV de potencia, sólo asociado a un cambio manual de cinco relaciones. Es el motor conocido como 1.2 PureTech en el Grupo PSA. El Opel Crossland X también se ofrece con dos versiones turboalimentadas de este probado motor de tres cilindros – denominadas 1.2 Turbo – en el crossover alemán.
Opel Crossland
Los motores 1.2 Turbo se ofrecen en potencias de 110 CV y 130 CV, en ambos casos asociados a cajas de cambio manuales de cinco o seis relaciones. En opción, y sólo con el motor de 110 CV existe opción a montar una caja de cambios automática de seis relaciones y convertidor de par, la conocida EAT6 de PSA. Es una caja de cambios de excelente funcionamiento, y resulta curioso que no se ofrezca con el motor más potente. Personalmente, creo que el motor más equilibrado en la gama de gasolina es el potente 1.2 Turbo de 130 CV – sólo equipado de serie con una caja de cambios manual de seis relaciones.
Para empezar, supone un ahorro de coste de 1.620 euros con respecto a la versión automática, obligatoriamente asociada al motor de 1,2 litros y 110 CV. Sus prestaciones son claramente superiores – 9,1 segundos en el 0 a 100 km/h frente a los 11,8 segundos de la versión automática – y los consumos homologados NEDC son más bajos: el 130 CV consume una media de 5,1 l/100 km frente a los 5,4 l/100 km del automático. Con un cuantioso par motor de 230 Nm a 1.750 rpm y un peso en vacío de unos correctos 1.274 kg, es considerablemente más rápido que su versión de 110 CV, con un consumo casi idéntico.
Por si fuera poco – a igualdad de equipamiento – el 1.2 de 130 CV es sólo 28 euros más caro que el 1.2 Turbo de 110 CV y dispone de un cambio de seis relaciones, frente a las cinco del 110 CV, cuyo consumo extraurbano probablemente será superior a raíz de ello. La gama diésel está compuesta por dos 1.6 Turbo D – me recuerda a las denominaciones de algunos PSA de los años 90 – con potencias de 99 CV y 120 CV. Ambos motores son conocidos como 1.6 BlueHDi en modelos franceses, y ambos usan un tratamiento de gases por AdBlue para cumplir la normativa Euro6. Sólo 1.125 euros de diferencia separan a ambos motores.
El motor diésel de 120 CV es de nuevo el más interesante en nuestra opinión. Homologa sólamente 0,1 l/100 km adicionales – una media de 4,0 l/100 km – y el incremento prestacional con respecto al de 99 CV es notable: 9,9 segundos en el 0 a 100 km/h frente a 11,6 segundos. De nuevo, cuenta con una relación extra de cambio, mejores recuperaciones y un par motor mucho más considerable, 300 Nm a sólo 1.750 rpm. Sólo recomendamos el motor diésel de 99 CV si el ahorro de costes es una razón muy de peso – por desgracia, sólo está disponible con el acabado tope de gama Excellence a un precio de 22.427 euros.