Aunque la quinta generación del Mazda MX-5 está a dos años de su presentación, parece que ha llegado el momento de ir conociendo cómo será esta nueva y esperada evolución. Y hoy estamos de suerte, pues por primera vez hemos podido ver cómo podría ser el Mazda MX-5 NE, la quinta generación del conocido roadster japonés y el primero de la saga Miata que hablará de electrificación.
El desarrollo del nuevo MX-5 NE se está llevando en el más absoluto de los secretos, no teniendo aún confirmación de ningún tipo por parte de la marca sobre cómo será su diseño, su interior o su oferta mecánica. Pero durante la última presentación realizada por Mazda para hablar de su hoja de ruta hacia 2030, un interesante prototipo ha aparecido junto a todas las generaciones del MX-5, lo que ha disparado todos los rumores.
Mazda MX-5
Sí, Mazda no ha ofrecido dato alguno sobre este misterioso concept o las intenciones que esconde, pero dada la forma en que ha sido presentado y su planteamiento, parece lógico pensar en un primer concept sobre el nuevo Mazda MX-5 NE. Obviamente estamos ante un diseño en una fase muy conceptual, haciendo uso de ideas inéditas como el uso de puertas con apertura de tipo mariposa o una carrocería coupé, pero manteniendo aún así unas proporciones y estética que encajan a la perfección en esa idea de un MX-5 creado a partir de la filosofía de diseño Kodo.
Con todo, insistimos en que Mazda ha mostrado este prototipo sin querer ponerle ni siquiera un nombre, por lo que aún tendremos que esperar algún tiempo para saber con detalle qué se esconde tras este enigmático coupé, quizá hasta el próximo salón de Tokio (enero 2023). De cara a esta nueva generación, sí que debemos esperar grandes cambios en diseño, amén de una nueva generación de motores que hablen por primera vez de electrificación.
Tras poder hablar con ingenieros de Mazda en este sentido, hemos podido saber que una de las líneas de trabajo que está sobre la mesa es la microhibridación, una tecnología en la que Mazda ya tiene bastante experiencia, como bien demuestra el Mazda3, y que permitiría al MX-5 homologar menos emisiones sin que ello comprometiese su conducción.