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No, el Opel Frontera no es el que era antes, tiene todo el sentido del mundo y hay más parecido del que crees

Desde el primer anuncio hasta las primeras imágenes, muchos arquearon las cejas al ver en qué había convertido el Opel Frontera. Lejos de ser el Opel Frontera 4×4, robusto, fornido, musculado e imponente que conocimos en la década de los noventa, hoy día tenemos un SUV económico, sin tanto músculo y que es, en esencia, un Citroën C3 Aircross cambiando el logo (mantiene prácticamente todo el conjunto). Y esta filosofía tiene bastante sentido, más allá de lo que se pueda considerar afrenta a la imagen del Frontera original.

Opel Frontera: en realidad era el Isuzu Rodeo renombrado para el mercado europeo

El Frontera original, conocido también como Isuzu Rodeo en Norteamérica, era icónico, un 4×4 verdadero capaz de enfrentarse a toda clase de obstáculos. La oferta de motores fue variando con el tiempo, empezando con los 2.0 (el mismo que se usaba en el Kadett y en el Calibra de aquellos años) y 2.4 de gasolina y el 2.3 turbodiésel procedente del Opel Omega, al que se unía un 2.5 TDI, el 2.2 o el 2.8 de origen Isuzu.

Era un gran todoterreno, pero no nos engañemos: era lento, pesado y con un consumo considerablemente alto, incluso para los estándares de la época, sin el brío que tenían algunos de sus competidores en los casos de motores de menor cilindrada. Su mecánica era resistente, sí, pero en algunos casos podría llegar a sobrecalentarse sin el mantenimiento adecuado. Para la segunda mitad de los noventa tuvo una revisión estética y equipaba tanto cajas de cambio manual como automática – la versión de tres puertas se vendía en nuestro mercado como Opel Frontera Sport.

El nuevo Frontera es también otro coche renombrado, como el original

Opel Frontera & Frontera Sport (1991–95)

Mientras que otros nombres de Opel, como el Corsa o el Astra, han aguantado hasta nuestros días, en el caso del Frontera se perdería a favor del Antara. La cuestión es que el Frontera era para nosotros un Opel, pero según el mercado era Isuzu, Chevrolet, Vauxhall, Holden o incluso Honda – el Passport que existe aún en Japón como crossover SUV. Por tanto, el hecho de que el Frontera retorne como una variante regional de otro coche, en este caso del Citroën C3 Aircross, no resulta tan extraño.

¿Volver como un todoterreno y atacar un mercado nicho (el 0,4% de las matriculaciones en España en el primer semestre de 2024) donde Stellantis ya tiene a Jeep o como un SUV pequeño (20,3% de las matriculaciones en España en el mismo periodo) que aglutine ventas donde no lo haría el C3 Aircross? Desde esta perspectiva, y sabiendo las diferencias en puesta a punto relacionadas con Citroën y Opel, es un punto de vista que tiene sentido.

Un Frontera que tiene más sentido en la actualidad

Además, está la manera en la que vuelve el Frontera: con mecánicas híbridas y eléctricas. El nuevo Frontera cuenta tanto con el 1.2 de gasolina turboalimentado (en versiones de 100 y 136 CV) con el sistema de 48 V eDCT, logrando la Etiqueta ECO de la DGT, como con versión eléctrica con 113 CV alimentado por una batería de 44 kWh y una autonomía de 400 kilómetros. Como dato de curiosidad, estos niveles de potencia son bastante similares a los del Frontera original. Así que, además de ser más acorde a los tiempos que corren en la industria, tiene algo más que ver de lo que parece.

Por 22.000 euros es posible adquirir uno de los nuevos Opel Frontera, del cual ya hemos hablado en detalle en otras ocasiones y se destaca por ofrecer hasta siete plazas pese a su tamaño compacto. Ahora bien, gracias a diferentes ayudas y subvenciones, la versión eléctrica del Frontera se puede conseguir por 17.500 euros.

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David Durán

David Durán desempeña la labor de redactor en el Equipo Editorial de Diariomotor.

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