El BMW XM es el BMW más pesado jamás fabricado. Su peso en orden de marcha según criterios europeos es de 2.785 kilos – con una sola persona a bordo. Con tres personas a bordo el coche supera las tres toneladas. Es 70 kilos más pesado que el BMW i7 100% eléctrico. Es un coche que ha creado polémica desde la presentación de su primer prototipo, y hay muchos aspectos cuestionables de este mastodonte de las carreteras. Sin embargo, quiero ahondar en la que es, según mi opinión, el principal problema derivado de su desmedido sobrepeso.
Y ese problema no es otro que unas prestaciones que no se corresponden, sobre el papel, con su tremenda cifra de potencia y par máximo combinado. Este BMW XM combina un motor 4.4 V8 biturbo de 489 CV con un motor eléctrico de 197 CV. La potencia total del sistema es de 653 CV, que se dan de la mano con 800 Nm de par motor, transmitidos a las cuatro ruedas del coche mediante una caja de cambios M Steptronic de convertidor de par y ocho relaciones. Una gigantesca batería de 29,5 kWh de capacidad total acumula energía para el motor eléctrico.
BMW XM
No me malinterpretéis: este enorme todocamino no es un coche lento bajo estándares absolutos, pero no es tan rápido en términos relativos si lo comparamos con sus rivales. Hace el 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y su velocidad punta está limitada a 250 km/h, aunque puede elevarse de forma opcional a 270 km/h. Son datos, como os digo, impresionantes en términos absolutos, e impresiona que una mole de 5,11 metros y casi tres toneladas pueda acelerar tan rápidamente. Pero lo cierto es que un sencillo BMW M240i xDrive es igual de rápido en este sprint.
Lo que resulta preocupante no es que un coupé de dos puertas sea tan rápido como el XM, si no que todos sus rivales directos lo son. El Ferrari Purosangue y sus 725 CV cubren el 0 a 100 km/h en 3,3 segundos, el Lamborghini Urus de 650 CV lo hace en 3,6 segundos – 3,3 segundos si hablamos del nuevo Performante de 666 CV – y un híbrido enchufable como el Porsche Cayenne Turbo S e-Hybrid de 680 CV hace lo propio en 3,8 segundos. En el caso del Porsche, hay solamente 220 kilos de diferencia a favor del de Zuffenhausen.
Ninguno de sus rivales es un peso ligero, ni muchísimo menos. Todos superan las dos toneladas y no pueden considerarse ligeros bajo ningún prisma racional. Entendemos que los guarismos puros no lo son todo, pero llama la atención que con una potencia comparable, el BMW XM sea más lento que todos sus rivales directos. Quizá esto sea solucionado con el lanzamiento de la versión Red Label de 748 CV, cuyos datos prestacionales no han sido anunciados, pero con toda seguridad logre bajar de los 4 segundos en el sprint hasta los 100 km/h.
En cualquiera de los casos, este tipo de vehículos tratan de ser deportivos a pesar de su enorme masa. Y en cierto modo lo consiguen gracias a la destreza técnica y la inventiva ingeniería de sus desarrolladores, que los dotan de suspensiones adaptativas, barras estabilizadoras activas, cuatro ruedas directrices y complejos diferenciales de control electrónico. No cabe duda que el BMW XM será un coche de reacciones ágiles e inusitadamente deportivo para su peso, pero jamás llegará al nivel de dinamismo o pureza dinámica de coches como un «simple» BMW M2.
Ahora bien, a su público objetivo, esto no le importará lo más mínimo.
Fotos del BMW XM