Peugeot ha llevado a cabo una renovación parcial, tanto en términos estéticos como de equipamiento, de su e-Rifter. Se trata de un turismo derivado de un vehículo comercial de pequeño tamaño como es el caso de la e-Partner. No cambian sus dimensiones (4,4 o 4,7 metros de longitud según la variante de carrocería) ni las especificaciones de su sistema de propulsión, que sigue siendo 100% eléctrico, aunque ha logrado mejorar su autonomía con base en la optimización del funcionamiento de algunos componentes. Todavía se desconoce su precio.
Un sacrificio en pos de una imagen más ecológica
En 2021, Stellantis anunció un movimiento que dejó con la boca abierta incluso a los mayores entendidos en automoción: la estrategia de transformación tecnológica de su extensa gama de producto pasaba por dejar de producir, ipso facto, furgonetas ligeras para pasajeros con motores térmicos. Así, el fabricante empezó a ofrecer sus Peugeot Rifter, Citroën Berlingo u Opel Combo Life única y exclusivamente con versiones 100% eléctricas. El Toyota Proace City, equivalente a los anteriores pues se fabrica sobre la misma plataforma, sigue a la venta con propulsores de combustión.
Peugeot Rifter
Esto ocurría al mismo tiempo que eliminaba los turismos de tipo monovolumen de su cartera, dejando sin alternativa a los clientes con grandes familias que no pretendían comprar un SUV. No sabemos cuántos potenciales consumidores han podido perder las firmas PSA de Stellantis con esta decisión mercadotécnica, pero lo cierto es que las características de los vehículos con esta forma de impulsión, por lo general, no satisfacen las necesidades de la mayoría de conductores. ¿Ha cambiado esto en el e-Rifter 2024?
Peugeot e-Rifter 2024: espacioso y moderno, pero no apto para viajar
Las mayores modificaciones o evoluciones en el Peugeot e-Rifter 2024, bien sea en su variante “corta” con 5 plazas o “larga” con 7, se han llevado a cabo sobre el diseño del frontal, los asistentes de conducción, el sistema multimedia y la eficiencia de ciertos equipos, inclusive la gestión electrónica de la pila, que continúa contando con 50 kWh de capacidad bruta. Gracias a ello homologa una autonomía de 320 kilómetros, lo cual son 37 más que antes.
Este acumulador energético sigue admitiendo un máximo de 100 kW en CC y 11 en CA, pero ahora se apoya en una bomba de calor cuando se desea aclimatar la cabina y en una frenada regenerativa más eficaz y regulable mediante las levas que se encuentran detrás del volante (hay tres niveles de retención). Con todo, a velocidades de autovía resultará complicado realizar más de 200 km sin parar a recargar, operación que llevará un mínimo de 30 minutos cada vez, motivo por el que este producto se hace muy poco recomendable para viajar pese a amplio habitáculo y a su maletero con 597 litros.
Visto desde delante cambian los faros, la parrilla, el parachoques y el logotipo, que detrás se sustituye por las letras que forman la palabra PEUGEOT. Además, existen dos nuevos colores para la pintura de la carrocería: un verde y un azul metalizados (el estilo cambia según el acabado: Allure, Emotion y Excellence). En el interior se renuevan las opciones de tapicería, así como el volante y algunos mandos.
Sobre las ayudas de seguridad activa, la marca francesa dice que el control de crucero adaptativo o el detector de vehículos en el ángulo muerto son más precisos, mientras actualiza elementos como las pantallas de instrumentación y de infoentretenimiento, siendo ambas de 10 pulgadas. En cuanto al apartado mecánico, Peugeot asegura que conserva el motor de 2021, sito en el eje delantero y con 136 CV de potencia. Es por esto que las prestaciones no se ven alteradas: una aceleración de 0 a 100 km/h en 11 segundos y una velocidad punta de 135 km/h.