La Peugeot Rifter nació como un modelo con la solidez suficiente para enfrentarse al día a día: independientemente de si en esa aventura tenemos que transportar mercancías o a nuestra familia. En esta ocasión, Peugeot nos invita a meternos en la piel de un profesional que trabaja en un entorno urbano para mostrarnos cómo ha adivinado cuál es la aplicación realista del vehículo eléctrico: ofrecer lo mismo que una versión térmica.
Lo ha hecho culminando uno de los capítulos que figura en su estrategia de electrificación: ofrecer variantes totalmente eléctricas en todos los modelos de su gama de vehículos comerciales y polivalentes. La Peugeot e-Rifter ha sido la última en unirse a las Peugeot e-Partner, e-Traveller, e-Expert y e-Boxer.
Las mismas prestaciones… o casi
Peugeot Rifter
Nos desvela la marca francesa su secreto para que las versiones eléctricas de sus vehículos comerciales ganen terreno y tengan un impacto tangible en la vida en la ciudad: ofrecer unas prestaciones comparables a la de las versiones térmicas, sobre todo en apartados como el volumen de carga o la posibilidad de adaptarse a diversos tamaños, carrocerías y siluetas. Al igual que los modelos tradicionales, la Peugeot e-Rifter está disponible tanto en la versión Standard como en la Long de siete plazas.
Su batería de iones de litio con 18 módulos cuenta con una capacidad de 50 kWh que promete un rango, según el Ciclo WLTP, de hasta 280 kilómetros. Una cifra perfecta para la ciudad, pero no para viajar por autopistas o autovías. ¿La razón? La autonomía durará un suspiro debido a su aerodinámica: por eso insistimos en que la Peugeot e-Rifter es un vehículo urbano y, como mucho, periurbano.
No hay que olvidar que es en la ciudad donde puedes sacar jugo a todas las ventajas que tiene un coche eléctrico y donde, de momento, podemos encontrar su aplicación más práctica debido a la actual infraestructura: el reparto de mercancías. Hablamos de modelos silenciosos, eficientes, con etiqueta Cero y prácticamente sin mantenimiento. O lo que es lo mismo: un producto redondo para cualquier profesional que se mueva por las calles de su localidad.
Hacer frente a la red de carga
Podréis pensar que la red de carga sigue siendo el talón de Aquiles de cualquier modelo eléctrico, pero este hándicap se minimiza con un punto en el trabajo o en casa… y aprovechando las estaciones repartidas por la urbe: tanto las gratuitas como las públicas.
En este sentido, la Peugeot e-Rifter tiene un cargador monofásico de 7,4 kW y uno opcional trifásico de 11 kW. Con el primero tardamos 7 horas y 30 minutos en recuperar toda la capacidad mientras que con el segundo necesitaríamos 5 horas. Si nos decantamos por un punto rápido en treinta minutos tendremos la batería al 80% aunque si nos conectamos a un enchufe habitual nos iremos a 15 horas.
A esto hay que añadir los tres modos de conducción de la Peugeot e-Rifter, que ayudan a preservar esa autonomía: Eco (60 kW, 190 Nm), Normal (80 kW y 210 Nm, cifras pensadas para un uso diario) y Power (100 kW, 260 Nm) con el que se optimizan las prestaciones si se transportan cargas pesadas.
Sin diferencias a la hora de trabajar
A bordo de la Peugeot e-Rifter es imposible diferenciar si estamos en una versión de combustión interna o en una eléctrica porque sus cotas son las mismas: no pierde versatilidad ni modularidad ni practicidad. Este vehículo lo tiene todo… menos la capacidad de viajar por autovías y autopistas.
No obstante, hemos venido a trabajar en la ciudad y la versión eléctrica de la Rifter tiene el mismo volumen de carga que va desde los 775 litros bajo la bandeja en las versiones de cinco plazas con la longitud Standard hasta los 4.000 litros hasta el techo y con los asientos abatidos de la versión Long. Y a esto hay que sumar los 186 litros de los diferentes compartimentos para guardar objetos.
¿Cuánto cuesta la Peugeot e-Rifter?
Terminamos con la pregunta más relevante para todos esos profesionales que se mueven por la ciudad y a los que Peugeot quiere convencer con su Peugeot e-Rifter. Los precios oscilan desde los 37.500 euros de la versión de acceso (Active Standard) hasta los 42.050 euros del tope de gama (Allure Long). No obstante, la marca francesa tiene fórmulas de renting para particulares y profesionales.
- Renting de la Peugeot e-Rifter Active Standard para particulares: 176 euros/mes (3 años, 30.000 kilómetros anuales y una primera cuota de 4.763,27 euros. Incluye la ayuda del Plan Moves III así como mantenimiento, reparaciones, asistencia en carretera, gestión de multas, impuestos y seguro.
- Renting de la Peugeot e-Rifter Allure Standard para empresas: 435 euros/mes (4 años y 60.000 kilómetros anuales). Incluye 2.900 euros de descuento del Plan Moves III, suscripción anual gratuita en la aplicación ‘Charge my car’ sin cargas incluidas, estación de carga rápida EasyWallbox valorada en 599 euros así como mantenimiento, cambio de los cuatro neumáticos, asistencia en carretera 24 horas, gestión de multas e impuestos de circulación.