Admitámoslo. El primer Porsche Cayenne no es el Porsche más querido. Para muchos puristas fue una increíble afrenta a los valores de la marca, y a nivel estético no es ni de lejos el Porsche más bonito de la historia – de hecho, en mi opinión está firmemente al otro lado de dicho espectro. Aún así, al César lo que es del César: el Cayenne fue un increíble revulsivo económico para Porsche, y objetivamente, ha sido un gran todocamino. Un todocamino muy capaz fuera del asfalto, y para su época, espectacularmente eficaz en carretera. Hasta ahora le seguía faltando ese «algo», esa pizca de pasión. Digo hasta ahora.
Porsche Cayenne
Porque con esta preparación, el Porsche Cayenne de primera generación ha alcanzado la verdadera redención. De hecho, podría plantarse con firmeza en la lista de deseos de muchos quemados. El coche que tenéis en vuestras pantallas es el «bebé» de Peter Oszczygiel. Junto a su socio Ryan Chung, dirigen un taller especialista en la restauración de Porsche refrigerados por aire en Vancouver, Canadá. Sí, es el coche de uno de los mayores especialistas del país en los Porsche más «puros» de la historia. Todo comenzó cuando se cruzó en su camino un Porsche Cayenne Turbo del año 2004.
Aquél coche estaba en un estado de conservación mejorable, pero era una base salvable a buen precio. Peter podría haberlo puesto al día de mecánica y haberlo usado para remolcar otros Porsche, pero él decidió convertirlo en algo muy diferente. Realmente su idea inicial era darle a un Land Rover Discovery 4 un look similar a los Discovery del Camel Trophy, pero trabajando con Porsche, decidió que su Cayenne debería ser un homenaje al Porsche 959 que corrió en el Dakar. Ni corto ni perezoso, le montó unas llantas OZ de estilo rallye, y las envolvió en neumáticos off-road BF Goodrich K02.
El asiento del conductor en un Recaro, lleva guarbarros remachados a la carrocería, un impresionante juego de luces «cuneteras» dignas del WRC y la joya de la corona: la decoración de Rothmans del Porsche clásico. Un escape artesanal emite un sugerente sonido cuando pisa a fondo, exprimiendo los 550 CV de su motor 4.5 V8 biturbo. El motor desarrollaba 450 CV en su momento, pero una pequeña preparación elevó su rendimiento de forma notable. La defensa delantera ha sido fabricada ad-hoc, y las barras del techo ponen un toque muy Dakar a esta preparación tan atractiva.
El coche es actualmente el coche de empresa de Peter, y es una excelente tarjeta de presentación. En la Monterey Car Week fue la comidilla de los aficionados, y eso ha derivado en más atención para su negocio de restauración. Por más Porsche Cayenne con preparaciones tan especiales. Podéis ver el resto de fotos del coche, tomadas por Brendan McAleer, en este enlace.
Fuente: R&T