La presentación del nuevo Lexus RX nos ha traido en una importante sorpresa bajo la variante RX 500h F Sport, pues bajo su capó se esconde el primer híbrido verdaderamente deportivo fabricado por Toyota–Lexus. No hablamos de una versión híbrida sin más, sino de un nuevo motor híbrido de 371 CV que promete ofrecer una experiencia de conducción muy diferente. Y para conseguirlo Toyota ha tenido que renunciar a dos de los elementos clave que emplean todos sus híbridos, algo que da buena cuenta de que esta jugada podría terminar afectando a más modelos.
Hasta la fecha Toyota, y por ende su filia de lujo Lexus, siempre han concebido el grueso de sus motores híbridos bajo una filosofía muy concreta donde encontramos mecánicas gasolina atmosféricas que trabajan bajo ciclo Atkinson y transmisiones e-CVT que, a través de un tren epicicloidal, ofrecen un alto grado de eficiencia, aunque una enorme sensación de desincronización entre revoluciones del motor y aceleración del vehículo.
Lexus RX
Con el paso de los años y la evolución continua que ha sufrido la tecnología híbrida de Toyota, hemos visto mejoras sustanciales en el comportamiento de estos trenes de propulsión, pero llegada la hora de hablar de sensaciones y verdadera deportividad, solo el Lexus LC 500h con su peculiar transmisión Multistage de 10 relaciones ‘simuladas’ ha conseguido convencer… que no enamorar.
Y es esta la razón por la que el nuevo Lexus RX 500h da un paso más allá al hacer uso de un esquema híbrido complemente nuevo y diferente que promete 371 CV de potencia máxima. La primera gran novedad la encontramos en el uso de un motor 2.4 Turbo gasolina, un propulsor del que todavía tenemos muy pocos detalles, pero que durante la presentación del nuevo RX nos aseguraron que ofrecerá mucho más carácter que el 2.5 atmosférico disponible en el resto de versiones híbridas (350h y 450h+).
Este motor es un 4 cilindros que en otros mercados como USA está disponible sin hibridar, pero desarrollando una potencia máxima de 279 CV y 429 Nm. En el caso del RX 500h se ve complementado con un motor eléctrico en paralelo al cigüeñal, además de un cambio de 6 relaciones fijas con embrague bañado en aceite que está gestionado de forma robotizada.
Si a este eje delantero híbrido sumamos un segundo motor eléctrico independiente para el eje trasero y un sistema de gestión del par motor optimizado denominado como DIRECT4, el resultado no solo son los 371 CV ya declarados, sino lo que parece será un comportamiento sensiblemente mejor al de cualquier otro híbrido que hayamos visto antes en Toyota o Lexus, llegando incluso a prometer la total eliminación de esa falta de sincronismo entre aceleración y revoluciones del motor tan habitual en los híbridos de la marca.