Renovarse o morir, frase que se aplica toda marca sin excusa alguna, y Skoda no es una excepción. Así nos lo demuestra la firma checa con el nuevo Skoda Karoq, SUV compacto que ha recibido una serie de mejoras para afrontar el devenir del tiempo y doblegar a la competencia. Esto se traduce en que el Karoq sigue siendo un SUV interesante gracias a 5 aspectos clave: diseño fresco, carga tecnológica, soluciones Simply Clever, comportamiento dinámico y precio. Aunque entre todo ello se encuentra una gran pega, una gama mecánica sin hibridación alguna.
Sea como fuere, esta amalgama de mejoras y aspectos que han llamado mi atención fueron el motivo de que me pusiese a los mandos del renovado Skoda Karoq. Su talón de Aquiles sigue siendo, no obstante, una gama mecánica sin electrificación de ningún tipo y que no parece estar dispuesta a aparecer hasta al menos se segunda generación.
1. Diseño fresco y actual para el nuevo Skoda Karoq
Skoda Karoq
Aunque bien es cierto que estamos ante un restyling, el Skoda Karoq ofrece los suficientes cambios como para sentirse como un vehículo más actual pese a llevar entre nosotros desde el año 2017. Dichos cambios afectan, principalmente, al exterior. Ahora el frontal del SUV checo cuenta con una parrilla más ancha, faros con diseño estilizado y por primera vez con tecnología Matrix Full-LED opcional y un nuevo faldón delantero ideado para optimizar la aerodinámica. La paleta de colores también aumenta con la presencia de los bautizados como Naranja Phoenix y Gris Grafito.
En el lateral se asientan llantas con medidas comprendidas entre las 17 y 19 pulgadas y que ofrecen también un diseño carenado para repeler la influencia del aire. Pero es la zaga donde nuevamente nos topamos con los cambios que protagonizan a este restyling, ofreciendo un alerón más acentuado, pilotos más finos y alargados, la presencia de la palabra «Skoda» en el portón en lugar del logo de la marca y una defensa de nueva cuña.
¿Es ahora más bonito el Skoda Karoq? Para gustos, colores. Personalmente veo que el SUV compacto de la firma checa se asienta en el mercado con más frescura y modernidad, aspectos clave para conseguir doblegar a la competencia en un plano puramente estético.
2. Buena carga tecnológica que no atenta contra los mandos físicos del Karoq (o al menos no de serie)
El habitáculo del renovado Skoda Karoq es para mí un viejo conocido con ciertos matices más modernos, y es algo que me alegra mucho. Por una parte nos encontramos con el «clásico» Virtual Cockpit asentado en una pantalla de 10,25 pulgadas y, aunque no venga de serie en todos los acabados, es un extra que recomiendo encarecidamente.
Este es intuitivo, da mucha información y cuenta con bastante personalización. A él le acompaña una pantalla de 9,2 pulgadas con conexión inalámbrica para Apple CarPlay y Android Auto. Es también fácil de usar y rehusa del último sistema de infoentretenimiento del Grupo Volkswagen que, a mi parecer, pierde respecto al de esta generación.
A ello debemos sumarle el que para mí es punto clave: los mandos físicos tanto para la climatización como para la radio siguen estando presentes en el interior del Karoq. Aunque bien es cierto que si nos decantamos por la pantalla de 10,25 pulgadas, el mando del volumen desaparece, pero al menos los que se emplean para controlar el aire y la calefacción siguen intactos.
Los ajustes son correctos escondiendo crujidos típicos en el segmento de la mano de materiales blandos y agradables al tacto en prácticamente cualquier superficie que palpemos. Los asientos delanteros cuentan con ajuste eléctrico en opción, son cómodos y albergan con facilidad a cualquier persona independientemente de su envergadura.
Las plazas traseras destacan por dos butacas laterales también cómodas tanto en anchura como espacio para piernas y cabeza. No obstante, la plaza central adolece por túnel de transmisión intrusivo y voluminoso y un respaldo algo duro que hará que su uso quede relegado para viajes cortos. Pero el punto álgido del Skoda Karoq reside en los 521 litros que declara de maletero, capacidad a la que hay que sumarle unas formas regulares y una boca de carga cómoda.
3. Soluciones Simply Clever que destacan en el Skoda Karoq
Sin lugar a dudas, Skoda se toma muy en serio su slogan de «inteligencia sencilla» o Simply Clever, que no es más que soluciones muy sencillas pero a la vez muy prácticas. Y aunque bien es cierto que es frecuente que en Diariomotor las alabemos, con el renovado SUV compacto no puedo hacer una excepción.
Una papelera en la guantera, gancho para el ticket en el parabrisas, un distribuidor de doble cara en la consola central… Aspectos que, como bien su nombre indica, son sencillos pero facilitan la vida tanto al conductor como a los pasajeros. También nos encontramos como un rascador para el hielo escondido en la tapa del depósito, o pinzas en el maletero ideadas para colgar las bolsas de la compra.
Pero el que es para mí la joya de la corona de las soluciones Simply Clever es el asiento VarioFlex. Se trata de una función que nos permite sacar de manera individual los asientos de la fila posterior, pudiendo convertir al Skoda Karoq en un coche de cuatro, tres o dos plazas a placer y según nuestras necesidades.
4. Un comportamiento dinámico muy equilibrado
No, el Skoda Karoq no es un coche de emociones fuertes ni prestaciones capaces de descoyuntarnos. No nos importa, por lo que sí que es es un SUV con un comportamiento dinámico muy digno. Lo primero es que, al menos con el acabado Sportline, nos encontramos con una suspensión ligeramente más firme que acerca el paso por curva del checo al de su primo hermano español, el SEAT Ateca.
Los balanceos de la carrocería son poco acusados para a lo que nos tienen acostumbrados algunos de los representantes de este segmento. La dirección no transmite ni comunica mucho, pero tiene un peso adecuado, y la suspensión, pese a ser algo más firme en el acabado tope de gama, no lastra para nada el confort general del coche, dejando un Karoq igualmente apto para viajes largos o afrontar badenes en la ciudad.
Durante la presentación pude probar el motor 2.0 TSI de 190 CV y 320 Nm de par asociado a un sistema de tracción total y el cambio DSG de siete relaciones. El propulsor tiene un empuje contundente ya en los primeros compases del tacómetro, alargándola durante prácticamente todo el régimen de giro y sin desfallecer en ningún momento. No obstante, su punto débil son unos consumos no precisamente bajos, siendo tal vez más interesante optar por el 1.5 TSI de 150 CV si la gasolina sigue siendo nuestro combustible predilecto y si seguimos queriendo contar con unas prestaciones suficientes.
5. Poco más de 22.000 euros por un Skoda Karoq nuevo, ¿sin trucos?
Skoda plantea un precio de partida de 22.150 euros para el Karoq, un precio que sorprende dado el contexto de inflación en el que nos movemos hoy en día pese a ser sustancialmente más alto que el de hace unos años. Dicha cifra se asocia con el Skoda Karoq con acabado Active y motor 1.0 TSI de 110 CV.
No obstante, para conseguir dicha cifra es necesario poner un descuento de por medio y una financiación, de lo contrario estaríamos hablando de unos menos asumibles 28.200 euros. Y aún así es necesario leer la letra pequeña de la oferta de la firma checa para evitar llevarnos sorpresas.
Sea como fuere, el desembolso máximo que podemos llegar a afrontar en el Skoda Karoq con descuento y financiación aplicados es de 36.750 euros. Ese desembolso nos permite acceder a un Skoda Karoq con el motor 2.0 TSI de 190 CV y acabado Sportline.
La gran pega
Pero pese a que considero que el Skoda Karoq es un buen producto y una buena opción dentro del segmento de los SUV compactos, le encuentro una gran pega que puede hacer que nos decantemos por muchos de sus rivales: no tiene ni una sola mecánica electrificada.
Es algo que no logro entender ya no solo porque otros modelos del Grupo Volkswagen con los que comparte plataforma sí que recurran a motores híbridos o mild-hybrid, tales como el Volkswagen Tiguan, sino porque hay otros modelos dentro de la propia Skoda que usan el mismo elenco de propulsores que el Karoq que sí cuentan con estas mecánicas PHEV, como el Octavia.
Y es que dentro de la gama del SUV checho nos topamos con los 1.0 TSI de 11o CV, 1.5 TSI de 115 CV, 2.0 TSI de 190 CV y los 2.0 TDI de 116 y 150 CV. Todos ellos portan la etiqueta C de la DGT, y tal y como se va a poner el tema con el etiquetado medioambiental antes de fin de año tal vez esto reste ventas al Skoda Karoq.
La marca, de momento, no tiene vistas a electrificar en ningún grado a su SUV compacto, teniendo que esperar seguramente a la próxima generación para toparnos con versiones híbridas y micro-híbridas.