Los SUV están de moda, y no solo eso, sino que ya se atreven incluso a hablar de versiones muy deportivas, variantes donde el Alfa Romeo Stelvio dice haber sentado cátedra. Esto no es la prueba de un SUV más, y es que nos hemos ido hasta el Circuito de Ascari para poner a prueba al Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio. Uno de los reyes de Nürburgring cae hoy en nuestras manos para convencernos de que un SUV no solo puede ser deportivo, sino mucho mejor que otros coches que hablan de verdadera deportividad y altas prestaciones.
Alfa Romeo Stelvio
No es ningún secreto el que no soy muy fan de los SUV, de hecho cada vez lo soy menos, y aunque he probado algunos de los mejores y más deportivos del mercado como demuestran la prueba del Range Rover Sport SVR o la prueba del Maserati Levante S, sigo pensando que siempre existen mejores alternativas a este tipo de carrocerías, especialmente si hablamos de altas prestaciones. Pero cosas del destino, Alfa me tenía reservada una cita con el Stelvio Quadrifoglio para intentar demostrar que estoy equivocado cuando se trata de analizar SUV deportivos.
Un SUV que dinámicamente es otro coche
Si hay algo que ha sabido hacer bien Alfa Romeo en su regreso al mercado de las berlinas y su primera incursión en el mercado de los SUV, eso ha sido desarrollar un chasis de muy alto nivel. Recuerdo que durante la prueba del Alfa Romeo Giulia 2.2 Diesel de 180 CV lo que más me gustó fue su chasis y su dirección, dos elementos que pese a los puntos negativos de la berlina, me hacían otorgar una muy buena nota final. Hablamos de un comportamiento único en su categoría, con sensaciones puras y deportivas, algo que ya creíamos olvidado, pero que Alfa Romeo ha recuperado para que conduzcamos el motor que conduzcamos siempre encontremos diversión tras una curva.
Pues bien, el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio no es más que ese concepto llevado a su más alto límite, y cuando digo límite me refiero a 510 CV. Tras conocer la especificación Quadrifoglio en el Alfa Romeo Giulia, la casa del biscione decidió dar una vuelta de tuerca a la idea para crear un SUV endiabladamente rápido capaz de demostrar que la tracción total también puede ser muy divertida. Compartiendo chasis ya os podéis imaginar que los cambios son reducidos, pero están, de este modo el Stelvio Quadrifoglio nos presenta un planteamiento similar al Giulia Quadrifoglio.
El Stelvio Quadrifoglio cobija un motor 2.9 V6 Twin-Turbo desarrollado por Ferrari, una mecánica que presume de 510 CV de potencia máxima a 6.500 rpm y 600 Nm de par máximo entre 2.500 y 5.500 rpm. Para la transmisión se ha recurrido a un eficaz cambio automático por convertidor de par con 8 relaciones y manejo secuencial (con enormes y obedientes levas de aluminio fijas en la columna del volante, como debe ser) y un sistema de tracción total inteligente donde el reparto prima el eje trasero para trabajar en configuración 0-100 en la mayoría de casos, aunque pudiendo llegar a un reparto 50-50 si la cosa se complica (para que nos entendamos, es un trasera casi siempre e incluso se permite deslizar de atrás). A todo ello añadimos un equipo de frenos que cumplen sobradamente incluso en circuito, pero que además pueden convertirse en carbocerámicos por 5.800 euros, una rapidísima dirección que hacen del Stelvio un coche muy fácil de colocar incluso en las curvas más cerradas, un ESP poco intrusivo además de 100% desconectable y una suspensión adaptativa que trabaja con muy buen tino en toda situación.
Por poner alguna pega, sólo eché en falta, y ojo que hablo de conducción en circuito bajo modo Race, un punto extra de dureza en la suspensión para contener los movimientos de la carrocería. La ganancia de altura con respecto al Giulia se hace notar en esos balanceos algo más acusados, pero es justo decir que el puesto de conducción está lo suficientemente rebajado para que al volante te sientas prácticamente igual que en la berlina.
Dinámicamente el Stelvio Quadrifoglio pisa muy bien incluso en circuito, siendo absoluta referencia en este sentido para todos sus competidores. Se muestra muy ágil, rápido y capaz de imponer un ritmo muy elevado incluso en los tramos más revirados. Decir que el chasis está por encima de su gran motor puede ser motivo de lapidación, pero en este caso me atrevo a decirlo pese al excelente trabajo y evocador sonido de sus 510 “cavallinos”. Justo en el apartado de la acústica he de detenerme para confirmar que este V6 suena como debe, a deportivo, con explosiones en los cambios y con un volumen que se acentúa al hilo de las revoluciones, pero ni tiene el carácter de un V8, ni tampoco peca de exagerado como alguno de sus rivales.
Pero además de circuito también hubo ruta por carretera, concretamente una ruta mixta autovía/carretera secundaria que nos llevó desde el centro de Málaga al Circuito de Ascari en los alrededores de Ronda. Durante esta parte de la prueba el Stelvio Quadrifoglio se comportó como un SUV más, es decir, no ofrece un carácter nervioso o excesivamente deportivo que penalice el confort o la acústica. En conducción relajada el Stelvio Quadrifoglio cumple sobradamente con una suspensión firme pero confortable y un sonido que es atenuado en los modos de conducción más civilizados. Es un SUV pensado para su uso en carretera, pero incluso en esta configuración no me cabe la menor duda de que es animal de carreteras reviradas cuando no de circuito.
¿Por qué comprar un Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio?
El precio del Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio es de 104.000 euros, un precio que incluso se antoja competitivo para lo que ofrece y en especial si lo comparamos con su competencia directa. Como Stelvio sigue ofreciendo algunos detalles mejorables en tanto a equipamiento o calidad de algunos de sus materiales interiores, pero como Stelvio Quadrifoglio sus muchas virtudes técnicas superan con creces esos puntos a mejorar. Como opinión completamente personal y a sabiendas de que existe un Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio igual de divertido, sólo me decantaría por el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio si estás buscando más espacio, un mejor acceso a sus plazas traseras y maletero, el plus de contar con tracción total o la estética SUV que es a todas luces su principal reclamo comercial. Pero lo cierto es que sí, el Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio me ha convencido, de hecho me ha gustado, y aunque yo escogería la berlina por ser un nostálgico empedernido, no puedo negar la evidencia, que es que el Stelvio Quadrifoglio ofrece no solo una receta interesante, sino una receta de la que muchos otros coches deportivos deberían tomar nota.