El BMW X3 ya ha pasado por nuestras manos. El SUV de tamaño medio de BMW se ha renovado por completo muy recientemente, motivo por el que nos subimos a él para descubrirte si realmente ha mejorado tanto como para convertirse en una de las referencias de su segmento. Un cambio generacional implica importantes cambios, pero no podemos olvidar que el nuevo BMW X3 tiene frente a sí a pesos pesados como el Audi Q5, el Jaguar F-Pace y el Volvo XC60 que no pretenden ponérselo fácil. ¿Habrá conseguido el BMW X3 dar con la clave para ser el coche que reine entre los SUV premium?
BMW X3
El BMW X3 es un coche que ha crecido, y mucho
Para resumir cuánto ha crecido el BMW X3 en esta nueva generación sólo hace falta saber que sus cotas lo hacen incluso más grande que el BMW X5 de primera generación. El crecimiento generación tras generación es algo muy común en los fabricantes, por lo que no debemos extrañarnos. Aún así debemos tener en cuenta que las medidas están ahí y ello implica que el BMW X3, al igual que el grueso de sus alternativas SUV premium, hace tiempo que dejaron atrás la etiqueta de SUV compacto. Hablamos de un coche cuyas medidas son de 4,7 metros de largo, 1,9 de ancho y 1,6 de alto. A ello sumamos que la batalla ha crecido hasta los 2,86 metros, pero que el peso del conjunto se ha reducido en 55 Kg. Además tenemos una buena noticia, el reparto de pesos queda en un 50/50, lo que indudablemente será un punto interesante a analizar en el apartado de comportamiento. El espacio de carga de su maletero es de 550 litros, ampliables hasta los 1.600 litros si plegamos las plazas traseras que cuentan con configuración 40/20/40 para facilitar su manejo.
Con todo ello el BMW X3 ofrece un diseño que habla de evolución más que de revolución. Destacan las nuevas líneas de BMW, tanto en el exterior como en su interior, haciendo que el BMW X3 se muestra actual, a la par que elegante y sobrio. No hay dudas, BMW no ha corrido riesgos y firma una apuesta muy segura en diseño para enfrentarse a sus rivales con sobradas garantías. Aún así, no podemos pasar por alto que es en el interior donde echamos en falta algo más de frescura. Pese a unas calidades de fabricación y ajuste muy altas, el diseño interior nos sigue resultando demasiado continuista, encontrando como puntos más rompedores la interfaz Connected Drive con pantalla de 10,25 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento (incluyendo control gestual para algunas funciones) y el nuevo cuadro de instrumentos digital. Si el exterior nos convence por unas proporciones y cambios bien integrados que hacen saltar a la vista que estamos ante un BMW X3 de nueva generación, las sensaciones en el interior nos generan sentimientos encontrados.
Equipamiento en el BMW X3
El BMW X3 no ha dejado pasar la oportunidad de llegar al mercado como uno de los referentes en tecnología, seguridad y equipamiento de última generación. El listado de posibilidades es realmente abrumador y todas las novedades de la casa pueden ser integradas en el BMW X3, aunque como suele ser habitual el paso por el apartado de extras será obligado si queremos hacernos con el último grito en equipamiento. Aunque el apartado de infoentretenimiento es posiblemente uno de los puntos más fuertes del BMW X3, especialmente si lo comparamos con sus rivales, es el sistema BMW Personal CoPilot el que más sobresale al integrar todos los sistemas relaciones con la seguridad activa y los asistentes a la conducción. Funciones de conducción semiautónoma, control de crucero adaptativo, alerta de cambio de carril, aviso de conducción en sentido contrario, detector de fatiga… y así un largo etcétera que hacen del BMW X3 uno de los principales referentes de su clase en seguridad.
Pero la lista sigue y ahí debemos destacar el sistema Head-Up Display, los faros LED adaptativos o el sistema de navegación Profesional. Junto a ellos tampoco podemos pasar por alto la llave inteligente Display Key con pantalla Oled y conexión directa con nuestro coche o el cuadro de instrumentos digital que, sin ser tan completo como el que ofrecen Audi o Mercedes, sí que permite modificar su diseño en función del programa de conducción escogido.
Motores y comportamiento, la clave del SUV de BMW
Los ingenieros de BMW sabían que una de las claves para cocinar un éxito con el BMW X3 estaba en la puesta a punto del vehículo. El carácter típico de BMW con un reglaje que favorece la conducción «deportiva» no podía faltar, y lo cierto es que se percibe, pero no en el grado que esperábamos. El BMW X3 ha buscado un mejor equilibrio entre confort y deportividad, un equilibrio que sigue distanciándose de sus rivales más ruteros, pero que indudablemente destapa una intención de priorizar el confort sobre otros valores en pos de llegar a un mayor público. El tacto de dirección es su mejor firma y posiblemente sea la mejor de su categoría a no ser que busquemos una dirección muchísimo más rápida como la que ofrece el Alfa Romeo Stelvio. Sin haber probado las líneas de acabado más deportivas o la nueva versión BMW X3 M40i, todo apunta a que el nuevo BMW X3 ha reservado su carácter más BMW para estas versiones donde la deportividad de sus motores añade puestas a punto específicas.
Durante la prueba de conducción que realizamos del nuevo BMW X3 nos pusimos a los mandos del BMW X3 xDrive20d, la versión que combina un propulsor turbodiésel de 2 litros y 190 CV con el cambio automático de 8 relaciones y el sistema de tracción total xDrive. Hablamos sin lugar a dudas de una configuración «ideal» para este modelo ya que ofrece un correcto equilibrio entre consumos y prestaciones para las dimensiones y peso del BMW X3. Tanto en carretera de montaña como autovía el propulsor de 190 CV se mostró más que suficiente para mover con soltura los más de 1.800 Kg de nuestra unidad, una soltura a la que también ayuda – y mucho – el excelente cambio automático que trabaja de forma óptima en cualquier situación. El BMW X3 se desenvuelve bien en todo tipo de escenarios urbanos, sólo viéndose penalizado en zonas muy reviradas donde su tamaño y peso nos hacen rebajar el ritmo para no acusar las inercias. Aún así, y tras probar sus más directos rivales, el BMW X3 sigue destacando por encima de estos gracias a un tarado de suspensión más firme y una dirección más precisa y comunicativa. El salto hacia motores más potentes sólo se me antoja necesario si vamos a afrontar de forma asidua viajes con el grueso de las plazas ocupadas, con cargas elevadas o si buscamos mejores prestaciones en aceleración o respuesta.
Precios del BMW X3 y rivales a batir
El BMW X3 tiene un precio de partida en España de 42.950 euros, precio que corresponde al BMW X3 sDrive18d de 150 CV con cambio manual y tracción 4×2. Si nos fijamos en la unidad que estuvimos probando durante esta presentación nacional, xDrive20d en acabado Luxury, el precio se incrementa hasta los 57.700 euros. Hablamos por lo tanto de un coche cuyas tarifas fácilmente se moverán en el entorno de los 50.000 – 60.000 euros tal y como sucede en el grueso de sus rivales si quieres optar por un propulsor diésel intermedio, con cambio automático, tracción total y un nivel de equipamiento medio-alto. Las alternativas son muchas y muy variadas, destacando modelos como el Audi Q5 o el Jaguar F-Pace desde el punto de vista más dinámico, o el Volvo XC60 y el Mercedes GLC como principales candidatos si priorizamos el confort. Aún así no podemos pasar por alto el Alfa Romeo Stelvio, ya que este último es el que ofrece tanto el tacto de conducción más deportivo de su segmento así como los precios más bajos a costa de unos acabados y equipamiento situados un peldaño por debajo.