El Land Rover Discovery presume de ser el mejor todoterreno del mundo, o al menos la apuesta más contundente de la marca británica por el off-road real en espera del nuevo Defender. Además de probar el Discovery con más de 1.500 km de carretera, hemos querido darle a esta prueba un toque muy campero, llevando hasta los límites las capacidades todoterreno del Discovery para comprobar si es un coche para llevarnos tan lejos del asfalto como la marca promete.
La unidad probada es un Land Rover Discovery Td6 HSE, casi el tope de gama en equipamiento y acabado, con motor Td6 de 6 cilindros en V, 3 litros de cilindrada, una potencia máxima de 258 CV y un par máximo de 600 Nm acoplado a una caja automática de 8 relaciones.
Land Rover Discovery
El precio del Land Rover Discovery Td6 HSE es de 76.900 €, pero habrá que completar sustancialmente su equipamiento de serie para que incluya pintura metalizada (1.143 €), techo panorámico practicable delantero y fijo trasero (2.175 €), 7 asientos (1.820,99 €) y Drive Pack (525,99 €), lo que nos deja con un total de 82.850,98 € para la unidad probada.
Land Rover Discovery: diseño, calidad y capacidad interior
El Discovery es un coche enorme que cuenta con 7 plazas reales para 7 adultos, eso sí, con los 7 asientos en posición de uso nos quedaremos completamente sin maletero. En ese sentido, las plazas son tan amplias como las de un Volvo XC90 y su facilidad de acceso es similar, pero el Volvo mantiene un cierto volumen de maletero bastante utilizable mientras que el Land Rover se queda sin él a pesar de ser un par de centímetros más largo.
El interior del Discovery es el de un coche de lujo, con un diseño y una calidad de materiales que se sitúan a la par o un poquito por encima de un Jaguar F-Pace y justo por debajo de sus hermanos Range Rover Velar o Range Rover Sport. En acabado HSE la calidad de materiales es sobresaliente y las inserciones de piel en puertas y salpicadero consiguen un ambiente bitono espectacular. Eso sí, este tono claro es bastante manchadizo.
Ya hemos mencionado el precio, superior a los 82.000 € en la unidad probada, que todavía tendría que haber sumado varios miles de euros más para incorporar equipamientos que hoy en día son muy comunes en coches 4 veces más baratos como el control de crucero adaptativo, faros direccionales, integracion de móviles Android / Apple o cámaras 360º. En realidad, como suele suceder en los coches de lujo, todo son opciones.
En lo tocante a conectividad e interfaz de usuario, la pantalla central del Land Rover Discovery incorpora el «sistema operativo básico» de la marca, una interfaz no del todo redonda, algo lenta, que en algunos productos como el Range Rover Velar y superiores ya ha sido mejorada. Nuestra unidad no incorporaba Apple Car Play ni Android Auto y se hizo difícil reproducir la música del teléfono en el equipo de sonido, incluso por cable USB.
El ordenador de a bordo es difícil de manejar, más difícil aún de poner a cero y no se deja configurar de forma intuitiva. El navegador cuenta con un sistema de búsqueda por direcciones exactas que está muy lejos de las bondades de Google Maps, y nos pedirá teclear cosas como el país cada vez que busquemos. Los puntos de interés tampoco resuelven demasiado salvo para aeropuertos y cosas tan importantes que casi podríamos llegar siguiendo los carteles. Regular.
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Con respecto a la gran amplitud, que sería una de sus grandes bazas, también hay que señalar sus inconvenientes más notables: aparcar en cualquier parking público impolica no poder salir del coche, ya que las puertas no tendrán espacio si hay un coche en la plaza de al lado. O lo que es peor, dejaremos el coche bien aparcado y a la vuelta no podremos entrar si el vecino no ha tenido cuidado en dejarnos bastante espacio. Ese es el tamaño de un Discovery traducido en la práctica.
Al volante del Land Rover Discovery: un buque de lujo para viajar en línea recta
Lo mejor del Discovery es su confort de marcha y, en este caso, su brillante motor Td6 cuya atenuada y profunda sonoridad y par a medio régimen lo convierten en el motor ideal para este coche. Siempre suave y redondo, el 3.0 V6 empuja con ganas en cualquier marcha y circunstancia proporcionando aceleraciones contundentes y recuperaciones ágiles, al tiempo que nos sorprende con un consumo bajo para el tamaño y prestaciones del coche. A lo largo de la prueba se mantuvo entre 9 y 9,5 l/100km con mucha autopista y mucho off-road.
La banda sonora inconfundible de un 6 cilindros nos acompaña bien atenuada por el aislamiento, dando lugar a una agradable atmósfera de coche de lujo. La suspensión neumática se encarga de mantener el coche aislado del asfalto, junto con las enormes ruedas, y el conductor disfrutará de las mejores vistas sobre el techo de los demás coches. La altura del coche es tal que podemos ver el techo de un Nissan X-Trail desde el puesto de conducción.
A pesar del gran trabajo de Land Rover para aligerar el coche y dejarlo en unos razonables 2.200 kg, el problema viene al abordar tramos de curvas. En ese momento la tendencia a seguir de frente es notable, el balanceo de la carrocería puede llegar a ser incómodo y el coche nos dará en todo momento señales para tomárnoslo con calma y contemplar el paisaje a ritmo relajado. Definitivamente, lo suyo es la línea recta.
El Land Rover Discovery fuera del asfalto
Llegamos a una de las grandes bazas del Land Rover Discovery: su capacidad real para circular fuera del asfalto. La marca británica promete capacidades todoterreno fuera de lo común, pero el movimiento se demuestra andando así que tendremos que llenarlo un poco de barro para comprobar hasta qué punto estamos ante un verdadero 4×4 con el que atrevernos con todo.
El Land Rover Discovery cuenta con Terrain Response con modos nieve, barro, rocas, arena y automático, suspensión neumática de altura variable, reductora, control de descensos y pantalla con menús específicos de info 4×4. En realidad cuenta con todos los juguetes 4×4 disponibles excepto el diferencial trasero bloqueable, el sensor altura de vadeo y el denominado control de progreso todoterreno (ATPC), que viene a ser un programador de velocidad a partir de 2 km/h para 4×4 puro.
Con todos estos gadgets nos aventuramos por pistas forestales repletas de barro después de una semana de lluvias muy intensas en Galicia, en la compañía de un Nissan Patrol GR proporcionado por noemborques.com, la empresa de referencia de rutas 4×4 en Coruña, que hará de guía y si es necesario de remolque, y un Subaru Forester con el que haremos una comparativa de tracción pura y dura, aunque sus cotas están lejos de las del Land Rover en los puntos más críticos.
Resumiendo aquí las conclusiones de esta particualr comparativa todoterreno, podemos decir que el Discovery fue imparable por cotas y únicamente se vio superado por la falta de adherencia en barro por culpa de su peso. Sus 2.200 kg, aún siendo un peso ligero para el tamaño de la carrocería, fueron un lastre excesivo frente a los 1.600 kg del Subaru Forester, que pudo salir de una trampa de barro en la que el Discovery tuvo que maniobrar y finalmente esquivar.
En todas las demás circunstancias, que fueron muchas y variadas, el Land Rover Discovery hizo gala de unos ángulos de ataque y salida, una altura al suelo, una capacidad de vadeo y tracción envidiables, afrontando situaciones en las que no nos atreveríamos a meter casi ningún otro coche. Hay que añadir que la percepción de todo esto desde el interior redunda aún más en la experiencia de lujo y confort que proporciona el coche en todo momento.
Conclusiones
El Discovery es un coche impresionante por tamaño y percepción de lujo. Amplio, altísimo, muy capaz dentro y fuera del asfalto, pone sobre la mesa un cuidado interior con 7 plazas reales para adultos y una banda sonora de V6 sobresaliente. Sus prestaciones y consumos también me han parecido puntos a destacar.
Como puntos débiles, la ausencia de maletero con las 7 plazas en uso, la interfaz de pantallas mejorable y el tacto de conducción en curva que nos recuerda en todo momento el peso total del coche, son las tres sombras que arroja el coche.
Por último, la capacidad todoterreno del Discovery está fuera de toda duda, y lo convierte en un juguete (muy caro) con el que atrevernos a enfrentar situaciones extremas con muchas garantías de éxito, aunque no podremos olvidar en ningún momento que son 2.200 kg los que hay que mover y, en última instancia, con muy poca adherencia, las leyes de la física tamibén aplican al Discovery, sobre todo cuesta arriba.