El Peugeot Rifter es uno de los coches más polivalentes del mercado actualmente. Es una alternativa a los monovolúmenes y los SUV, basada en la arquitectura de un vehículo industrial. Mi compañero David G. Artés ha probado a fondo la versión corta del Peugeot Rifter y ha publicado una completa review en vídeo, donde repasa todos y cada uno de sus detalles. En esta ocasión, Peugeot nos ha invitado a León a probar la versión larga del Peugeot Rifter, denominada Peugeot Rifter Long a nivel comercial. Es aún más amplia, crece hasta los 4,75 metros y puede tener hasta siete plazas reales.
¿Cómo cambia el Peugeot Rifter Long con respecto al Rifter?
En primer lugar, tengo que sacármelo de encima: Peugeot no quiere que nos refiramos al Rifter como una furgoneta, y he de decir que no comparto sus motivos. El Peugeot Rifter comparte todos sus elementos mecánicos y su diseño con la Peugeot Partner. El Rifter de pasajeros se diferencia de las Partner por su nombre, por sus acabados y por su equipamiento. Aunque tenga una cierta entidad propia, los Rifter no deberían avergonzarse de tener en su familia directa a honestos y trabajadores vehículos industriales: gracias a ello son posiblemente los vehículos de pasajeros más versátiles y prácticos del mercado.
Peugeot Rifter
Tras esta breve «pataleta», entremos en harina. El Peugeot Rifter Long es simplemente una versión larga del Rifter. No existen cambios a nivel de diseño, más allá del obvio crecimiento en longitud: pasan a medir 4,75 metros, un crecimiento de exactamente 35 cm con respecto a los Rifter en tamaño estándar. Este crecimiento no se ha hecho a base de aumentar el voladizo trasero: su batalla crece 19 cm, y su voladizo trasero lo hace en 16 cm. Es decir, el Peugeot Rifter Long ha crecido adecuadamente, lo que le ha permitido mantener unas proporciones correctas y equilibradas a la vista.
Aunque el Peugeot Rifter ya tenía la posibilidad de equipar siete plazas, en el Rifter largo estas plazas son mucho más amplias. Podemos afirmar que cuenta con siete plazas reales, convirtiéndose en una alternativa real a monovolúmenes como el SEAT Alhambra, o incluso a los SsangYong Rodius – contra los que flaquearía a nivel de espacio de almacenamiento, dicho sea de paso. Vayamos por partes y por orden. La amplitud de la segunda fila de asientos es igual a la de los Rifter cortos, con tres asientos individuales con tres anclajes ISOFIX – algo de lo que no muchos coches pueden presumir.
Las dos plazas traseras son dos asientos individuales. Son ligeramente más pequeños que los asientos de la segunda fila, pero la altura de la banqueta es idéntica. Son asientos cómodos para adultos, con la única desventaja de que nos obligan a viajar con las rodillas flexionadas. En viajes largos esta postura puede pasar factura. Estos asientos de la tercera fila tienen 130 mm de regulación longitudinal – esta regulación no está disponible en los Rifter cortos de siete plazas, ni en la segunda fila – y no causan estrechez alguna a nivel de espacio para las rodillas ni la cabeza.
El acceso es sencillo, abatiendo el respaldo de los asientos exteriores de la segunda fila – como podéis ver en la foto sobre estas líneas. Con estos dos asientos en su posición más adelantada nos queda un maletero de 322 litros, con ellos atrasados, de 209 litros – suficiente para dos o tres maletas de cabina. Una vez abatimos el respaldo de los asientos de la tercera fila, los basculamos hacia delante y mediante una cinta elástica los sujetamos a la parte trasera de los asientos de la segunda fila. El sistema de sujeción parece convincente y no genera vibraciones, pese a parecer a priori algo endeble.
Los asientos de la tercera fila se pueden desmontar fácilmente y sacar del coche, liberando una enorme superficie de carga. El maletero cubica unos enormes 1.050 litros, con una superficie de carga plana de 1,35 metros de longitud. Peugeot afirma que se pueden cargar bultos de hasta 3,05 metros de longitud, si abatimos el asiento del copiloto y aprovechamos la longitud total del coche. Si te conviertes en el propietario de un Peugeot Rifter largo, ve haciéndote a la idea: lo normal es que te salgan muchos amigos, especialmente amigos que tienen que hacer mudanzas o compras en IKEA.
Al volante de un Peugeot Rifter largo
A igualdad de motorización, el Rifter largo es unos 110 kilos más pesado que la versión corta. La ruta transcurrió por carreteras secundarias y autovía, y estuve al volante de una versión equipada con el motor 1.5 BlueHDi de 130 CV, asociado a un cambio EAT8 de convertidor de par y ocho relaciones. Homologa un consumo medio de 4,6 l/100 km según el ciclo NEDC y de 5,6-6,2 l/100 km según el ciclo WLTP. Los Peugeot Rifter Long están construidos sobre la plataforma EMP2 del Grupo PSA, y en marcha son coches que realmente se comportan como un turismo. Mis sensaciones se asemejaron mucho a las que experimenté al volante de un Peugeot 5008.
De hecho, aquél Peugeot 5008 que probé hace unos meses llevaba este mismo motor… e incluso el mismo volante de pequeñas dimensiones. Me ha gustado el confort de rodadura del coche y el gran aislamiento tanto de la mecánica como del ruido de rodadura. Los viajes largos deberían ser coser y cantar con los Peugeot Rifter, gracias a una suspensión con un tarado confortable y la cantidad de espacio a bordo. Coincido con mi compañero David G. Artés en que la visibilidad a bordo de esta furgoneta es fantástica, con una posición de conducción ligeramente elevada, comparable a la de un crossover.
¿Cuánto cuesta el Peugeot Rifter Long?
Los Peugeot Rifter Long están disponibles en los acabados Access, Active, Allure y el aquilatado GT Line, la versión probada en este artículo. Aunque el acabado Access ya cuenta con un buen equipamiento de seguridad y aire acondicionado, recomendamos optar por una versión Active como mínimo. Ya incluye dos puertas traseras, un sistema de infotainment con pantalla táctil de 8″ (compatible con Apple CarPlay/Android Auto) y sensores traseros de aparcamiento. Las versiones Allure y GT Line pueden ir tan cargadas de equipamiento como un Peugeot 3008 – de hecho, pueden equipar sus mismos sistemas de seguridad activa y asistencias a la conducción.
El Peugeot Rifter Long más barato monta un propulsor 1.5 BlueHDi de 100 CV y acabado Access, con un PVP de 19.462 euros. Si queremos optar por una versión Active habremos de desembolsar al menos 20.320 euros y el coste de un GT Line ya parte de 22.231 euros para esta misma mecánica. Con todo, creo que es un precio más que correcto para un coche que ofrece una versatilidad y una practicidad sobresalientes – ni punto de comparación con un familiar o un SUV equivalentes. Como siempre, la lista completa de precios, las mejores ofertas y el equipamiento del Peugeot Rifter la podéis consultar en Qué Coche Me Compro.