El SEAT Ateca se ha convertido en un auténtico éxito de ventas desde el primer mes de su comercialización, con la primeras unidades entregandose a los clientes en septiembre. Sin embargo, a día de hoy ya está entre los tres primeros en su segmento, acechando un liderazgo que sigue poseyendo el Nissan Qashqai.
La gama del Ateca está compuesta por varios motores diésel y gasolina, ofreciendo así una gama completa con la que competir con garantías en uno de los segmentos más difíciles del mercado español, ya no por la popularidad -muy elevada- sino por la cantidad de competencia, con numerosos rivales muy fuertes entre los que destacan el VW Tiguan, el Mazda CX-5 o el Renault Kadjar.
SEAT Ateca
Los motores de acceso, sean del modelo que sean, suelen ser variantes pensadas para un público muy concreto, un perfil de cliente que busca principalmente adquirir el modelo, por una característica concreta como puede ser el diseño o el precio, dejando de lado las prestaciones y asumiendo, por norma general, un nivel tecnológico más bajo.
Sin embargo, desde SEAT insisten en que las motorizaciones de acceso a la gama del Ateca, bien en diésel o bien en gasolina, son propulsores solventes, perfectamente asumibles como vehículo único incluso siendo éste un vehículo de enfoque eminentemente familiar y recreacional. Hemos acudido hasta Ateca, en Zaragoza, para comprobar si efectivamente los Ateca de acceso son tan capaces como nos quieren hacer ver.
1.6 TDI 115 CV, la última evolución del diésel de cuatro cilindros
La gama de acceso del Ateca cuenta con dos motores, un gasolina 1.0 TSI de 115 CV y un 1.6 TDI de idéntica potencia. El motor diésel será, a priori, más popular entre los clientes que escojan una motorización básica para propulsar a su nuevo Ateca. El 1.6 TDI es un viejo conocido dentro del Grupo Volkswagen, con más de 6 años a sus espaldas.
En el Ateca se monta la última evolución de este motor, una variante que también montará a partir de enero el nuevo León. Ofrece 115 CV y 250 NM a partir de 1.500 revoluciones. Está asociado, como única opción, a una transmisión manual de 6 velocidades, sin posibilidad incorporar ni cambio automático ni tracción total.
Con un funcionamiento muy suave, el 1.6 TDI empuja con fuerza desde pocas vueltas, permitiendo una circulación fluida. Es capaz de mantener cruceros de 120-130 km/h con aparente facilidad incluso en 6ª velocidad sin perder empuje. Pese a que el consumo homologado nos habla de 4.6 litros cada 100 km en ciclo mixto, en un trayecto de algo más de 100 km a una velocidad media de 115 km/h el consumo no ha bajado de 6.5 litros.
1.0 TSI: un tricilíndrico con la suavidad por bandera
La alternativa que SEAT presenta a los que no quieran un motor diésel es un motor de apenas un litro de cubicaje, con tres cilindros y 115 CV. Su cifra de par máximo es de 200 NM desde 2.000 revoluciones, aunque a 1.500 vueltas ya ofrece 175 NM. Como única transmisión disponible encontramos, de nuevo, una caja manual de 6 velocidades de tacto suave.
Pese a que las cifras teóricas nos hablan de un rendimiento más que suficiente para una utilización normal del Ateca -acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos y alcanza los 182 km/h de velocidad punta- en la realidad el vehículo adolece de una falta de empuje destacable en cuanto el coche va cargado y el terreno no es plano.
Con ascensos en autopista del orden del 4%, a 120 km/h en 6ª velocidad, donde el motor gira en torno a las 2.700 revoluciones, el coche pierde velocidad si no echamos mano del cambio, cuando el motor diésel no sufre esa caída de ritmo. Es evidente que con un uso más intenso de la caja de cambios este problema desaparece, pero no será del gusto de todo el mundo.
El consumo medio homologado de este propulsor es de 5.2 litros cada 100 km, aunque en nuestra prueba fue difícil hacerlo bajar de 7 litros. Con unas emisiones homologadas de 119 gr/km, el Ateca se libra, con este motor, de pagar el impuesto de matriculación al estar por debajo del límite de 120 gr.
Por contra, el 1.0 TSI es un motor extremadamente avanzado, con una suavidad inusitada para tratarse de un propulsor de tres cilindros, donde las vibraciones son siempre algo más acusadas. De hecho, este motor no necesita ni siquiera árboles de equilibrado. Con inyección directa, alternador inteligente y un colector de escape integrado en la culata, el pequeño TSI cumple las expectativas en términos tecnológicos.
Motores de acceso con un equipamiento muy extenso
Ya lo comentábamos antes; los motores de acceso suelen estar ligados a unos acabados algo justos de equipamiento, en el que normalmente hay que asumir una pérdida importante de elementos tecnológicos y de confort. No es el caso del Ateca, ya que desde los motores más pequeños es posible equipar al SUV español con todo tipo de golosinas.
El equipamiento de serie no desmerece, con 7 airbags, asistente de salida involuntaria de carril, asistente de luces en carretera cortas/largas, Radio Media System Colour con pantalla táctil de 5” a color, asistente de frenada en ciudad Front Assist o freno de estacionamiento eléctrico.
Además, es posible equipar al Ateca con, por ejemplo, tapicería de cuero con calefacción para los asientos delanteros, Cámara de visión 360º, luz interior LED+luz ambiente multicolor, iluminación Full LED o control de crucero adaptativo, entre otros sistemas.
Las variantes de acceso tienen un precio de 26.630€ en el caso del 1.6 TDI, que se quedan en 23.930€ en el caso del 1.0 TSI. Ambos están asociados al acabado Style Ecomotive de forma obligatoria. Sin embargo, la firma española ofrece importantes descuentos si optamos por la financiación, haciendo que el 1.0 TSI arranque en los 18.800€, por los 22.468€ del 1.6 TDI. Ambos modelos reciben, de regalo, los faros Full LED y el paquete de 4 años de garantía.
