El producto más esperado de SEAT no decepciona. Al volante del nuevo SEAT Ateca y tras un uso familiar intensivo hemos podido comprobar que se trata de un producto muy completo, de alta calidad, y con un formato familiar amplio y práctico. Por si esto fuera poco, bajo esa carrocería SUV se esconde algo muy poco corriente: un coche para disfrutar de verdad conduciendo.
El SEAT Ateca es el lanzamiento más importante de SEAT en los últimos años, y podría convertirse en su modelo más lucrativo si cumple con las expectativas de venta que ha generado. Hemos tenido ocasión de probarlo en su versión 2.0 TDI 150 CV XCellence 4Drive, con un completo equipamiento y tracción integral, que además es la versión que está remplazando al ya famoso TDI de 150 CV y tracción delantera que no llegó a homologarse en el primer intento.
SEAT Ateca: diseño ergonomía y calidades
SEAT Ateca
Dentro de los SUV medianos, el SEAT Ateca se sitúa en el extremo inferior de tamaño junto con el todopoderoso Nissan Qashqai. Con una longitud de sólo 4.363mm, el Ateca es un coche bastante compacto, y a pesar de ello cuenta con un habitáculo amplio para 5 pasajeros y un maletero de 510 litros (485 con tracción 4Drive). De hecho, a pesar de compartir plataforma con su primo el Volkswagen Tiguan (que tampoco es de los más grandes) el SEAT es 12 cm más corto.
Habrá quien lo vea como un problema, pero si un coche te ofrece todo el espacio interior que necesitas, cuanto más pequeño sea por fuera tanto mejor.
La estética exterior creo que da en el clavo con una línea dinámica, juvenil, muy actual y con un punto de personalidad sin rayar en lo estridente. Es un coche para todos los públicos, pero no es un coche aburrido.
El tacto de las puertas es bueno, y el sonido que hacen al cerrarse transmite calidad, si bien hay que cerrar bastante fuerte para vencer toda la goma que hay ahí, y en varias ocasiones hemos tenido que repetir la operación porque «rebotan» un poco.
El sonido de las ventanillas, por el contrario, da la sensación de que los cables tienen algún problema porque crujen al subir y bajar (todas las ventanillas tenían este problema). Esto último es bastante extraño, por lo que cabe suponer que se trate de un fallo puntual en la unidad de pruebas o de un defecto de fabricación de las primeras unidades que debería corregirse fácilmente.
Otro pequeño detalle algo extraño de diseño es el relieve «4Drive» en la palanca de cambios, que va a cumulando micro-residuos de la mano muy difíciles de limpiar (ver imagen)
Una vez dentro, nos recibe un puesto de conducción que tiene al conductor como protagonista gracias a una consola central ligeramente girada hacia el volante. La calidad de mandos y botones es buena y destacan especialmente los satélites, con un tacto sobresaliente. Me gusta la pantalla del ordenador, entre los dos relojes del cuadro, y me gusta su navegación desde el volante y su distribución de información y colores. El nivel de definición muy bueno y una tipografía clara y legible. Bien.
La postura de conducción es excelente y muy fácil de encontrar gracias a los múltiples reglajes. El recorrido vertical del asiento del conductor es muy amplio, con lo que permitirá ir bastante arriba a quienes les guste esa posición, pero también muy abajo a quienes prefieran una posición más deportiva y más integrada con el coche. Los asientos son cómodos, deportivos y envolventes y la tapicería de Alcántara es de serie en el acabado superior que hemos probado. Muy bien.
Los parasoles son diminutos en comparación con el parabrisas y tendremos que ir bastante altos para que resulten de utilidad, un defecto del que ya adolecía el SEAT Altea al que, de alguna forma, remplaza el Ateca, tal vez por aprovechar los del SEAT León con un parabrisas más pequeño.
A partir de aquí, la atención al detalle se deja notar y el coche va ganando puntos a medida que lo vamos conociendo. Me gusta la cámara de visión 360º (opcional) que permite centrarse en cualquiera de los flancos individualmente y también me gusta que baje el volumen de la música al engranar la marcha atrás para que podamos concentrarnos en la maniobra. Son esos detalles que marcan la diferencia y te hacen sentir muy cómodo en un coche.
Lo que sí se echa claramente en falta es una mayor versatilidad. El asiento trasero no es deslizante y su plegado no deja una superficie plana de carga, en un segmento en el que este punto es bastante crítico. El ahorro de costes se deja notar en este punto, que pasará factura a los usuarios que quieran intercambiar espacio de maletero y habitáculo.
La pantalla central, de 8″ en la versión XCellence, cuenta con una navegación sencilla a partir de un menú principal con botones grandes estilo móvil, que nos sumergen en un segundo nivel fácil de entender y gestionar.
La conectividad con el móvil es muy buena y, una vez sincronizado, retomará la música que estábamos reproduciendo directamente desde el Bluetooth (con una calidad más que aceptable) nada más encender el equipo de sonido. Dicho esto, para una conectividad aún más completa con Mirror Link es necesario utilizar el cable USB, ya que el Bluetooth no soporta todas las funciones.
La detección de proximidad hace aparecer los menús en el momento en que acercamos la mano a la pantalla, y los oculta el resto del tiempo para maximizar la imagen útil. Está muy bien resuelto y es otro detalle más a su favor.
La base de recarga inalámbrica no es compatible con iPhone y con los móviles compatibles genera bastante calor, por lo que creo que aún le falta un poco para ser una gran opción.
Por lo demás, el Ateca puede equipar (de serie o en opción) con prácticamente cualquier gadget que exista en el mercado (portón eléctrico «manos libres», control de velocidad adaptativo, frenada automática de emergencia, asistente de detección de tráfico cruzado…). Yo recomiendo especialmente el asistente de mantenimiento de carril, que logra centrar sutilmente el coche sin dar bandazos, y nos da una sensación de vigilancia y ayuda sin pitidos molestos que nos permitirá conducir muchos kilómetros de forma relajada por autopista.
Sensaciones al volante del SEAT Ateca
El acceso y arranque sin llave son de serie en el acabado XCellence. Al poner en marcha el motor mediante botón, podemos comprobar que está muy bien aislado acústicamente, ya que el TDI de 150 CV apenas se deja oír y no transmite vibraciones al interior, ni al ralentí ni en movimiento. Nos ponemos en marcha, y empezamos a pasar revista a los controles principales.
La dirección es suave y precisa, añadiendo suficiente información como para saber más o menos cuánta adherencia queda en cada momento. Sólo esta característica, la del tacto informativo, ya lo distingue de la práctica totalidad de los SUV de la competencia en los que el volante apenas cuenta con feedback.
El cambio manual tiene un tacto muy bueno, con recorridos cortos precisos. Se maneja con facilidad y además cuenta con unos desarrollos muy bien espaciados, con una sexta velocidad de desahogo que mantiene el motor a apenas 2.000 rpm a 120 km/h (con este motor TDI).
El motor lo hemos probado en repetidas ocasiones y con sus 150 CV y un par máximo de 340 Nm parece ideal para mover el coche con soltura, aunque no se percibe en ningún momento como muy prestacional. Es suave y progresivo en la entrega de potencia y pasa de 0-100 km/h en 9,0 s con consumo medio de 5,1 l/100km, si bien el consumo medio durante la prueba se situó en 6,0 l/100km siendo prácticamente todo carretera y autopista a ritmos legales, así que podemos pensar en un consumo real de entre 6 y 6,5 l/100km dependiendo del uso.
El comportamiento en curva está claramente por encima de la media, con una inclinación mínima de la carrocería y una sensación de control y seguridad muy lograda. Lo mejor es la sensación de ligereza, de agilidad que transmite en cada curva, ya que cuanto más jugamos con él más se deja querer y más confianza nos da.
La versión 2.0 TDI con tracción integral y cambio manual apenas supera los 1.400 kg (1.548 kg en orden de marcha con conductor), lo que da una idea de que esa ligereza no es sólo una sensación, sino una realidad que se transmite al conductor.
En su contra cabe decir que toda esa brillantez de comportamiento tiene como efecto colateral unas suspensiones bastante firmes, que han sacrificado parcialmente el confort. En baches secos como bandas rugosas el filtrado es mínimo y el coche va leyendo las irregularidades del asfalto con bastante fidelidad. Las llantas de 19″ que equipaba la unidad de pruebas (en medida 225-45/19) tampoco ayudan precisamente a amortiguar esa sensación.
Con todo y a pesar de ese pequeño sacrificio de confort, me atrevería a decir que este es el SUV más orientado al conductor y más divertido de conducir que he probado de toda la categoría y sólo el Mazda CX-5 y tal vez el Ford Kuga podrían competir con el Ateca en este aspecto.
Si te gusta conducir y necesitas un familiar amplio, la realidad es que no hay muchas opciones porque normalmente estos coches tienden a ser pesados y a manejar grandes inercias que estropean la sensación al volante, además de contar con una dirección muy poco comunicativa que prioriza la suavidad y la comodidad.
Por lo que respecta a las posibilidades off-road, el Ateca ofrece un sistema de tracción integral que se comporta como un tracción delantera mientras no exista pérdida de adherencia, pero capaz de transmitir par al eje trasero mediante un acoplamiento por embrague con control electrónico.
La altura al suelo es muy buena (187 mm), pero con estas llantas y estas suspensiones tan de asfalto sería engañarse si pensásemos que nos vamos a meter por zonas trialeras. Habrá que conformarse con pistas en buen estado circulando muy despacio si no queremos romper nada.
SEAT Ateca: Conclusiones
El Ateca es un producto muy completo, con buenos acabados y materiales, un aspecto moderno y atractivo, una amplísima lista de equipamiento de conectividad y seguridad, pero sobre todo un comportamiento en curva de primer nivel. Esto lo convierte en un posible objeto de deseo para aquellos papás y mamás que necesiten un coche amplio con buen maletero pero no quieran renunciar a divertirse al volante.
En su contra, cabe decir que se va a echar en falta la versión 4×2 con este mismo motor hasta que llegue al mercado, ya que será posiblemente la más recomendable para quienes hagan muchos kilómetros por asfalto y no tengan pensado ir mucho a la nieve.
Para los que busquen algo todavía más dinámico, la versión 1.4 TSI con 150 CV de gasolina cuenta con unas prestaciones algo superiores y con un peso casi 200 kg inferior a este diesel 4×4, con lo que si no hacemos muchísmos kilómetros además de salir más barato creo que nos va a dar aún más satisfacciones al volante.