Hoy por hoy, Toyota es líder en la fabricación y venta de vehículos híbridos. No en balde, ellos fueron los primeros en introducir los híbridos al mercado de masas. En España, dominan con puño de hierro el segmento, y de sus casi 67.000 vehículos vendidos en 2017 en nuestro país, prácticamente la mitad son híbridos. Uno de sus productos estrella es el Toyota RAV4 Hybrid, estrenado en 2016. Es el más exitoso de los dos todocaminos generalistas con motorización híbrida actualmente a la venta. ¿Una prueba de su éxito? La motorización Hybrid Synergy Drive ha destronado completamente a las versiones diésel en la gama RAV4. Más que destronado, aniquilado.
De los 8.963 Toyota RAV4 vendidos en nuestro país en 2017, 8.029 corresponden a la versión híbrida. Hacemos el cálculo por ti: 9 de cada 10 son híbridos. Este éxito arrollador tiene que tener alguna explicación, pensamos. Así que ni cortos ni perezosos, contactamos con Toyota y les solicitamos una unidad de pruebas de su todocamino híbrido. El segmento de los SUV sigue creciendo año tras año a un ritmo vertiginoso, y en 2017 ha supuesto el 36% del total del mercado. Estamos hablando de cerca de medio millón de coches en España. Y con todo, este todocamino híbrido apenas tiene rivales, más allá del exótico Mitsubishi Outlander PHEV.
Toyota RAV4
¿Por qué no apenas hay híbridos generalistas en formato SUV?
Imaginamos que es lo que motivó a Toyota a lanzar este RAV4 Hybrid, que junto a los Toyota C-HR y Toyota Auris Hybrid, presume del bronce en el podio híbrido de la marca. Me dan las llaves del coche y salgo al párking, donde el RAV4 – pintado en el ya clásico blanco perlado que caracteriza a los híbridos de Toyota – me espera bajo el sol. Puede que gran parte de su éxito se deba a que exteriormente, un profano sería incapaz de distinguirlo de otros Toyota RAV4. Es discreto, y sólo un paragolpes más aerodinámico, un logotipo de la marca con fondo azul y varios emblemas repartidos por su carrocería lo diferencian de otros RAV4.
Esta unidad presume de un acabado Executive, el más alto de gama. Quiero comprobar qué tal se llevan con los consumos esas bonitas llantas de 18 pulgadas y sus neumáticos de 235 mm de sección. Al acceder al habitáculo, no tenemos sensación de estar entrando en un escaparate de la tecnología híbrida, como sí puede suceder con el Toyota Prius. La única diferencia visual con respecto a otros Toyota RAV4 es una instrumentación específica, el selector de modos de conducción y un botón de arranque del motor de color azul. Para el perfil clásico de comprador de un todocamino, pienso que esto es una ventaja: no parece un coche híbrido.
No obstante, habéis de saber que el Toyota RAV4 no fue desarrollado con una versión híbrida en mente. A causa de esto, hay unos pequeños compromisos que asumir, derivados de la colocación de la batería del sistema híbrido – de hidruro-níquel y 1,59 kWh de capacidad, refrigerada por ventilación forzada de aire. Uno de esos compromisos es una ligerísima pérdida de espacio en las plazas traseras, que es en todo caso de un par de centímetros a lo sumo – siguen resultando amplias, incluso entre las mejores del segmento. Los asientos traseros son reclinables, aunque no se desplazan longitudinalmente.
Otro compromiso es que este pack de baterías anula parte de la capacidad de carga del maletero, aunque conserva un doble fondo donde podría caber una rueda de repuesto tipo galleta – en nuestra unidad llevaba un kit antipinchazos. En la base del maletero se forma una especie de escalón y pierde 46 litros de volumen con respecto a los RAV4 con motores convencionales. Con todo, aún conserva 501 litros de volumen de almacenamiento, e inteligentes sistemas de compartimentación de la carga, como la red móvil que podéis ver en las imágenes. La integración del sistema híbrido es más que satisfactoria, en definitiva.
Conociendo al SUV híbrido: ¿Cuánto consume el Toyota RAV4 Hybrid? ¿Camina bien?
El Lexus NX 300h y el Toyota RAV4 Hybrid comparten motorización y plataforma. Su motor térmico es un 2.5 litros de gasolina y ciclo Atkinson, un atmosférico de 143 CV que se suma a un motor eléctrico de 68 CV, logrando una potencia combinada de 197 CV. Esta potencia combinada no es la suma de ambas potencias, ya que la batería actúa como cuello de botella del motor eléctrico. Como es habitual en los híbridos de Toyota, la caja de cambios es un variador continuo, orientado a la eficiencia en el consumo de combustible. La versión que hemos probado es de tracción delantera, pero existe una alternativa híbrida de tracción integral (Hybrid AWD), que posee un segundo motor eléctrico en el tren trasero.
Sobre el papel, homologa un consumo medio de 5,0 l/100 km, con unas prestaciones buenas, claramente superiores a las alternativas de gasolina y diésel en la gama RAV4. Hace el 0 a 100 km/h en 8,3 segundos, con una velocidad punta modesta, cifrada en 180 km/h. Acomodado en su amplio habitáculo – he de alabar la buena ergonomía de los controles y la calidad de sus asientos – arranco el motor. Durante apenas un minuto, el motor térmico se enciende, cogiendo algo de temperatura y cargando la batería, situada bajo la banqueta trasera. Después, sólo silencio. Comienzo a rodar, y me meto en un fenomenal atasco – esos que asolan la zona norte de Madrid, que demoran en incluso horas la llegada al destino. Sonrío.
Porque en estos atascos el Toyota RAV4 Hybrid no tiene rival, al igual que otros híbridos. A baja velocidad, con constantes arranques y paradas, el motor térmico permanece apagado. Nos movemos con la fuerza del motor eléctrico, sin gastar una gota de combustible. Si agotamos la batería, el motor térmico se enciende, y la recarga. Si puntualmente necesitamos más aceleración, nos ayuda con sus 143 CV. En estos estresantes atascos, la suavidad de funcionamiento del sistema híbrido y el silencio del motor eléctrico nos ayudan a no sufrir más de lo estrictamente necesario.
Como el motor eléctrico evita que el motor de gasolina actúe en los momentos de menor eficiencia, el consumo de combustible en retenciones y en ciclos urbanos resulta irrisorio. De hecho, gasta menos en ciudad, que en carretera o autopista, donde el motor de gasolina está obligado a impulsar el coche en todo momento. En una ruta urbana exigente, de baja velocidad media (menos de 20 km/h) y 11,8 kilómetros de distancia, logramos con el Toyota RAV4 Hybrid un consumo de 5,7 l/100 km. Es un consumo muy bajo para un todocamino de 1.700 kilos de peso, con neumáticos de 235 mm de ancho y casi 200 CV de potencia. Por comparar con otro híbrido, el Lexus RX 450h consumió 7,3 l/100 km en el mismo recorrido – aún siendo un coche con unas características muy diferentes y 313 CV de potencia.
Explotar al máximo el sistema híbrido de este SUV es necesario para obtener consumos aquilatados: hay que aprovechar la frenada regenerativa – el cambio de tacto entre la frenada convencional y regenerativa se sigue notando – y tratar de explotar al máximo el tiempo que estamos conduciendo en modo eléctrico. Conducir de forma eficiente tiene grandes recompensas en este coche. Como apunte curioso, con la batería muy cargada, en terreno llano y a unos 40 km/h, he conseguido recorrer 2,3 kilómetros en modo EV. Si superamos los 60 km/h o necesitamos más aceleración puntual, el modo 100% eléctrico del todocamino se desactivará, pasando al modo Eco o al modo Normal.
Con todo esto no quiero decir que el Toyota RAV4 Hybrid no responda cuando es necesario. Es cierto que puede parecer perezoso en ocasiones – el grupo motopropulsor está orientado a exprimir cada gota de gasolina al máximo – pero es un coche de buenas prestaciones y respuesta muy rápida si hundimos el acelerador. Su cambio de variador continuo nos coloca en el régimen de potencia máxima, mientras el motor eléctrico lo apoya con 54 CV adicionales. El resultado son adelantamientos convincentes y seguros, aún a expensas de la eficiencia. No es un coche de comportamiento deportivo – tampoco me atrevería a llamarlo dinámico – pero tiene un tacto de conducción seguro, en el prima el confort de los ocupantes sobre el paso por curva u otros factores. En su uso habitual, cumple con nota.
¿Cuánto cuesta el Toyota RAV4 Hybrid? ¿Me interesa más un diésel?
¿Necesito un híbrido? Depende de para qué uses tu todocamino. Si lo quieres es un coche práctico y amplio – la cantidad de huecos portaobjetos y el tamaño de su guantera son destacables – que va a recibir un uso fundamentalmente mixto, la respuesta es afirmativa. Es más, cuanto más pises ciudad o más atascos encuentres camino al trabajo, más sentido tiene el Toyota RAV4 Hybrid. Todos los híbridos – al igual que los coches movidos por GLP o GNC, no lo olvides – reciben la etiqueta ECO de la DGT, y por tanto, no les afectan las restricciones de tráfico por alta contaminación. Un punto a tener en cuenta si vives en ciudades como Madrid o Barcelona, especialmente a años vista.
Por agrado de conducción y suavidad, es superior a un RAV4 diésel o gasolina. En el caso del RAV4 la alternativa híbrida es la más convincente y las ventas lo demuestran. Sólo elegiría un diésel si el consumo extraurbano fuese mi única prioridad, y mis kilómetros fuesen casi exclusivamente de carretera o autopista. ¿Y por precio? El Toyota RAV4 Hybrid más barato arranca en 30.850 euros, con un acabado Advance en el que se incluyen llantas de 17 pulgadas, climatizador bizona, cámara de marcha atrás o la suite Toyota Safety Sense de seguridad activa, con frenada autónoma o avisador de salida de carril.
Es un precio exactamente 2.000 euros superior al de un Toyota RAV4 con motor 150D (un 2.0 litros de 143 CV y origen BMW), en el mismo acabado, con tracción 4×2 y sólo disponible con una caja de cambios manual. El Toyota RAV4 Hybrid tiene unas prestaciones bastante superiores – 1,3 segundos menos en el 0 a 100 km/h – está equipado con un cambio automático y tiene unos consumos reales iguales o inferiores en un ciclo mixto. No cuesta ver por qué el 90% de los Toyota RAV4 son híbridos. En este punto es cuando os hablaríamos de potenciales rivales, pero la realidad es que no existen. Sólo el Mitsubishi Outlander PHEV se plantea como alternativa directa.
El Outlander es un híbrido enchufable con 203 CV de potencia combinada y 54 km de autonomía eléctrica teórica. Si tienes dónde enchufar el coche a diario, es una alternativa muy lógica al RAV4. En estos momentos arranca en 34.120 euros, en precio promocional – tiene cerca de 15.000 euros de descuento actualmente y un equipamiento muy completo. Dentro de esta misma categoría pero en un espectro premium compite el Lexus NX 300h, recientemente actualizado. Con prestaciones y consumos muy similares – no olvidemos qué técnicamente son el mismo coche – pero con un equipamiento y calidades superiores, arranca en 38.500 euros en su versión más básica.
Sólo hay otro todocamino mediano con motorización híbrida, y es la versión enchufable del Mercedes GLC – y en estos momento, siquiera aparece a la venta en la web de Mercedes España. En un futuro el Toyota RAV4 Hybrid tendrá rivales, por ejemplo, el Grupo PSA ya ha anunciado su intención de lanzar una versión híbrida del Opel Crossland X. De momento, el Toyota RAV4 Hybrid juega en un coto de caza privado. Y planea aprovechar el recreo al máximo.