El rapero estadounidense Drake es una de las personalidades más adineradas del mundo de la música. Para muestra un botón: el colchón en el que duerme ha costado medio millón de dólares – sí, más que muchas viviendas – y habitualmente se pasea con carísimos relojes y joyería personalizada. Drake es un verdadero adepto de las piezas exclusivas, y es por ello que ha colaborado con la marca Chrome Hearts para crear un Rolls-Royce Cullinan único. Es un coche absolutamente especial, pero es la prueba fehaciente de que el dinero no compra el buen gusto.
Rolls-Royce Cullinan
Para poneros en contexto, la marca Chrome Hearts fabrica y vende ropa y joyería, y se hizo famosa durante los años 70 y 80 por ser la marca que vistió a los míticos Sex Pistols. Desde entonces sus productos han estado asociados a los excesos y apariencias del mundo del rock. De hecho, su imagen estaba últimamente gastada y pasada de moda. Por un golpe de suerte, Drake contactó con la marca para iniciar una fructífera colaboración en el sector de la moda y la joyería, dando un giro de 180 grados a la popularidad decreciente de Chrome Hearts.
Ahora es vista como una marca aspiracional y exclusiva, y está en boca de todos en el mundo de los raperos estadounidense. Se han convertido en un símbolo de estatus, y para celebrar esta colaboración Drake y Chrome Hearts han customizado un Rolls-Royce Cullinan, que será expuesto hasta el 15 de mayo en el Institute of Contemporary Art en Miami (EE.UU.). Algunos dicen que es una maniobra de marketing en anticipo a su nuevo disco «Certified Lover Boy». Personalmente, creo que es a partes iguales marketing y mal gusto. No hay por donde cogerlo.
Para empezar, el Rolls-Royce Cullinan es con diferencia el coche más cuestionable de la historia de la marca. No dudo de su tecnología y calidad, dudo de su estética ostentosa, de sus llantas de 24 pulgadas y de su calandra cromada, más ancha que la puerta de una vivienda. A mayores, el Rolls-Royce ha recibido un kit estético de Mansory, que no son conocidos precisamente por su elegancia y refinamiento. Paragolpes más recargados, fibra de carbono forjada, rejillas laterales de pega… y una suspensión neumática para acercarlo más al suelo.
En verdad la suspensión neumática se la podrían haber ahorrado, dudo mucho que este coche fuera a abandonar el asfalto alguna vez. Con todo, exteriormente podría tener un paso. Siempre que no nos fijemos en sus nuevas llantas cromadas de 24 pulgadas: imitan una cruz gótica y en su aro puede leerse la frase «fuck you». Muy edificante. Sin embargo, el verdadero horror se esconde en su interior: una mezcla entre el salón de casa de tus abuelos y la sala de juegos de un sadomasoquista. El tapizado de los asientos merece una mención aparte.
Los patrones en forma de cruz gótica y las calaveras plateadas insertadas en el reposabrazos no son la gota que colma el vaso. Es el manido patrón diamantado, presente en los asientos, salpicadero, paneles de las puertas… incluso todas las alfombrillas son de cuero y tienen este patrón. La flor de lis está estampada en el reposabrazos trasero, e incluso las cubiertas de las bandejas de los asientos traseros están cubiertas en patrones recargados y repetitivos. En definitiva, como os decía al comienzo del artículo… el dinero no compra el buen gusto.
Fuente: autoevolution