En el mundo de los coches, hay vehículos que trascienden el tiempo y se convierten en auténticos iconos de la industria. Entre ellos, el Seat Ibiza de primera generación destaca como una pieza clave en la historia del fabricante español. Con un motor proveniente de Porsche, un diseño influenciado por el legendario Volkswagen Golf y un origen arraigado en España, el Seat Ibiza I se erige como un clásico atemporal con un atractivo único.
Seat Ibiza I, probablemente el coche más español de Seat
En la década de 1980, Seat se encontraba en un punto de inflexión. Tras décadas de asociación con Fiat, la compañía española se vio obligada a buscar un nuevo rumbo, y siendo propiedad del estado español, el objetivo del Instituto Nacional de Industria era encontrar una nueva asociación con otro fabricante de vehículos que incluso pudiera derivar en la venta de la compañía, o al menos de parte de ella. El lanzamiento del Ibiza I se ubicó justo en un periodo intermedio. Y aunque más tarde el desarrollo del vehículo se realizó en parte bajo la supervisión de Volkswagen, se inició buscando alternativas e independencia.
SEAT Ibiza
Fue en este preciso momento en el que podemos decir que los coches de Seat fueron más puramente Seat, y no tanto una reutilización de diseños y componentes de coches ya listos de otros fabricantes, como ocurrió antes con Fiat, y más tarde con el grupo Volkswagen.
Motor Porsche en un coche fabricado en España
Seat necesitaba un motor fiable, y qué mejor que recurrir a Porsche para el diseño del mismo. Aunque Porsche era parte del grupo Volkswagen, lo cierto es que recurrir a Porsche fue más una cuestión de buscar un socio con experiencia y con renombre para el diseño de un motor fiable que además encajara dentro de las posibilidades de Seat.
Era imprescindible que el motor contara con algunas características similares a los anteriores motores de Fiat porque era la única manera de aprovechar la maquinaria de fabricación que Seat ya tenía en sus factorías, y en eso se basó el trabajo de Porsche.
El resultado fue un motor, que tras un pago adicional de royalties por parte de Seat, pasó a contar con el sello de «System Porsche» en la tapa de la culata del motor. En concreto, fueron los modelos con motorización 1.2 y 1.5 en gasolina los de System Porsche (con 63 y 85 CV, y más tarde con 90 CV), así como una versión posterior 1.7, esta ya con inyección, que ofrecía 105 CV.
Diseño de Golf
Es inevitable ver el parecido que existe en el diseño de este Seat Ibiza I y el Golf en su primera y segunda generación. Y el parecido no es casual.
El parecido no proviene de la relación entre Seat y Volkswagen, que fue posterior, sino por el hecho de que este quedó a cargo de Italdesing. Fue el propio Giorgetto Giugiaro el que reutilizó un diseño rechazado para el Volkswagen Golf II en este Seat Ibiza I, de ahí que haya tantas reminiscencias a los coches históricos de Volkswagen.
El Seat Ibiza I destacaba por su habitabilidad, al provenir de una plataforma de de Fiat del segmento C. Sin embargo, también era algo pesado, lo que afectaba al consumo y a la maniobrabilidad.
Seat Ibiza I como icónico coche clásico
El Seat Ibiza I, con su combinación única de origen español, diseño italiano y tecnología de vanguardia de Porsche, ha dejado una huella indeleble en la historia del automóvil en España, a pesar de no ser un vehículo que destacara por su rendimiento deportivo. A medida que el tiempo avanza, su estatus como un clásico del automovilismo solo se consolida más, atrayendo tanto a aficionados entusiastas como a coleccionistas.
En la actualidad, el Seat Ibiza I continúa siendo un automóvil muy buscado en el mercado de automóviles clásicos. Su diseño atemporal y su papel en el desarrollo de los coches en España lo convierten en una opción ideal para aquellos que quieren hacerse con un coche que pueda convertirse en un clásico de época. Además, su relativa disponibilidad y asequibilidad lo hacen aún más atractivo para los entusiastas con presupuestos variados.
Uno de los aspectos más destacados del Seat Ibiza I como coche clásico es su precio accesible en el mercado de segunda mano. Aunque los modelos en condiciones excepcionales y con especificaciones únicas pueden alcanzar precios más altos, es posible encontrar ejemplares bien conservados por alrededor de 1.000 euros. Y como es lógico, no existe un lugar donde sea más fácil conseguir piezas y repuestos que en nuestro país. Además, ese factor de levantar el capó y ver el «System Porsche» en el motor, no tiene precio.