Škoda acaba de desvelar todos los detalles de la cuarta generación del Škoda Fabia que, como os contábamos, llega completamente renovado en todos los frentes. No es para menos ya que se trata de un modelo clave para la marca con una dilatada trayectoria en el que, incluso, pudo presumir de una variante prestacional. Hemos desempolvado los libros de historia para recordar aquel Škoda Fabia vRS: el Hot Hatch que, por desgracia, no volveremos a ver.
En el 2000 el Škoda Octavia se convertía en el primer integrante de la línea RS; el mismo año en el que fue presentado el Škoda Fabia. En 2003, el utilitario abrazaba ese espíritu prestacional con la primera generación del Škoda Fabia RS.
Skoda Fabia
Asentado sobre la plataforma A0, que en ese momento era una referencia en términos de conducción, seguridad y tecnología, la marca dio forma a un modelo de dimensiones contenidas que albergaba una grata sorpresa en su interior. Así las cosas, medía 4,002 metros de largo, 1,646 de ancho y 1,441 de alto.
Deportivo, pero discreto
El diseño del Škoda Fabia vRS presumía de líneas sencillas y discretas al mismo tiempo que transmitía una sensación de resistencia. Obviamente, entre el modelo convencional y este había algunas diferencias estéticas: estrenó paragolpes y parrilla con su nuevo apellido ‘vRS’ además de un pequeño alerón posterior y un escape de acero inoxidable. Eso sí, había elementos particulares que destacaban como el espejo retrovisor derecho que era más pequeño que el izquierdo.
En el interior, además de su particular logo ubicado en los respaldos, en el cambio o en las alfombrillas, contaba con elementos que desvelaban ese carácter deportivo: instrumentación específica y pedales de acero inoxidable.
La puesta a punto del Fabia vRS
Acorde a lo que suponía representar el espíritu RS, la puesta a punto del utilitario supuso una modificación en las suspensiones para que fuera más deportivas. Además, rebajaron quince milímetros su altura y añadieron un sistema de frenos de disco de 16 pulgadas en ambos ejes; eso sí, los delanteros eran ventilados y, además, los que se matricularon en España lucían pinzas verdes. Su nivel de equipamiento de seguridad y confort era, asimismo, amplio: ABS, EDS, control de tracción, airbags para el conductor, para su acompañante, en los laterales, etc.
Un ‘core’ de 131 CV
Como os decíamos antes, el Škoda Fabia vRS albergaba en su interior una sorpresa: estaba impulsado por el 1.9 TDI de cuatro cilindros del Grupo Volkswagen que se alimentaba con diésel. Incluía, además, inyector-bomba, intercooler y turbocompresor de geometría variable. Entregaba una potencia de 131 CV a 4.000 rpm y contaba con un par máximo de 310 Nm a 1.900 rpm. La encarga de transmitir esa fuerza era una caja de cambios manual de seis velocidades. Con estas cifras pasaba de 0 a 100 km/h en 9,6 segundos y su velocidad máxima alcanzaba los 204 km/h.
Un breve e interesante experimento
La primera generación del Škoda Fabia vRS escribió el punto final de su historia en 2007 y con la segunda cambiaron las reglas del juego. La marca checa se decantó, en esta ocasión, por un motor de gasolina: el 1.4 TSI de 180 CV que le hizo perder parte de esa peculiaridad que le convertía en un coche diferente.
El hecho de que la apuesta por un propulsor de diésel durase sólo una generación y nunca regresara lo hace aún más intrigante. Algo así como un breve experimento porque es poco probable que Škoda apueste por una versión RS de su utilitario y, menos aún, por una impulsado por diésel.