Desde hace siete años, Skoda lleva a cabo un interesante proyecto formativo con sus estudiantes. Estos estudiantes son aprendices de formación profesional de la Skoda Academy, y tras su formación, pasarán a formar parte de la fuerza productiva de la marca. Este proyecto, llamado Azubi Car, ha tenido como resultado siete prototipos, siete coches imaginados, desarrollados y construidos por los estudiantes, tomando como punto de partida coches de producción de Skoda. El último en ver la luz del día es el Skoda Slavia, un speedster basado en un Skoda Scala.
Skoda Scala
El compacto checo de bajo coste – construido sobre la plataforma MQB A0 – ha sido el último en ser presentado. La pandemia retrasó su presentación en sociedad, pero el resultado ha merecido la pena. El nombre Slavia no es casual: es el nombre que Václav Laurin y Václav Klement, los fundadores de Skoda, pusieron a su primera bicicleta. Skoda nació como fabricante de bicicletas y no se adentraría en la industria del automóvil hasta el Siglo XX. En 1957 presentarían el precioso Skoda 1100 OHC, un speedster biplaza de carreras y sugerente diseño.
En este speedster de apenas 92 CV es en el que los aprendices de Skoda se han inspirado a la hora de diseñar el Slavia. Hasta el pilar B el Slavia es un Skoda Scala de producción, pero de ahí hacia atrás los cambios son muy sustanciales. Se suprimen las plazas traseras y las puertas traseras, y se instala sobre ellas una cubierta aerodinámica. El techo del coche se ha eliminado, convirtiéndose de facto en un speedster. Aunque el coche no ha variado en longitud, parece mucho más deportivo y estilizado, gracias especialmente al diseño de su zaga.
En la zaga se ha instalado un spoiler de dimensiones generosas y las colas de escape de un Skoda Octavia RS. Del Octavia también ha pedido prestadas las llantas de 20 pulgadas y diseño deportivo. Los bajos de la carrocería tienen luces de colores al estilo «The Fast and The Furious» y en el interior del coche el mundo del tuning también se abre paso con fuerza. A los baquets se une un sistema de sonido con un subwoofer de 2.250 watios y altavoces de 320 watios de potencia. Entre otros lugares, se integran los altavoces en las «jorobas» de los asientos.
En el maletero, los aprendices de Skoda han montado dos patinetes de Skoda, para moverse fácilmente una vez el coche esté aparcado. A nivel mecánico este Skoda Scala emplea un motor 1.5 TSI de 150 CV asociado a un cambio DSG de doble embrague y siete relaciones. La mecánica no ha sido modificada en absoluto, pero con un peso de 1.210 kilos, el coche debería tener buenas prestaciones – y nos indica que el chasis no ha sido reforzado. Como es lógico y entendible, este prototipo no tiene visos de producción en serie.
No obstante, es un bonito ejercicio de diseño y todo un protagonista en el currículum de los aprendices de Skoda.