Si te gustan los coches, has visto alguna película de la saga «A Todo Gas». Personalmente pienso que la primera película es un filme de culto, y no exagero si os digo que la he visto más de 10 veces. Fue la película que lanzó al mainstream la cultura de los coches tuneados a principios de siglo, y la que ha motivado que coches como el Toyota Supra o el Mazda RX-7 tengan ahora precios desorbitados en el mercado de segunda mano. Y ahora, 20 años después, puedes ser el propietario del coche protagonista de la película. Sí, has leído bien.
Por supuesto, no estoy hablando del Mitsubishi Eclipse verde del principio de la película, ni del bestial Dodge Charger de Dom Toretto. Estoy hablando del Toyota Supra naranja con techo targa que Brian O’Conner (Paul Walker) conduce durante la segunda parte de la película. El coche de «diez segundos» – en relación a su tiempo en el cuarto de milla – que adeuda a Dom, tras haber perdido contra su Mazda RX-7 en una carrera callejera. Todos habéis visto este coche, y lo reconoceríais a la distancia. Es un icono con todas las letras.
Toyota GR Supra
No solo por su llamativo color, si no por su vinilo «Nuclear Gladiator» diseñado por Troy Lee, sus llantas Dazz Motorsport Racing Hart M5 de 19 pulgadas, o su kit de carrocería Bomex, con un capó estilo «TRD». ¿Recordáis cuando el coche compite contra un Ferrari F355 de camino a Neptune’s Net? Sí, admito ser un auténtico «freak» de esta película en concreto. Como ocurre en muchas películas, se construyeron varias unidades idénticas del mismo coche. Algunas son construidas para ser usadas en escenas de riesgo, y otras son los llamados «hero cars».
Los coches destinados a ser usados por especialistas son construidos con menos mimo, y en muchas ocasiones carecen de interiores detallados o la mecánica original del vehículo. Los «hero cars» son los destinados a ser filmados de cerca, y están creados con mucho más mimo. Es el caso de este Supra, cuyo interior, en concreto, presume de unos preciosos asientos tapizados en color azul, y aunque pudiera parecer por su consola central que es un coche con cambio manual… su pomo esconde la palanca de un cambio automático de convertidor de par y cuatro relaciones.
Con todo, bajo el capó late el legendario motor turbo 2JZ-GTE de seis cilindros y 280 CV. Este coche fue usado en algunas escenas en las que se ve al actor haciendo que cambia de marchas, pero la realidad era bastante diferente: la magia del cine. El coche fue transformado otra vez en 2003 para «2Fast 2Furious», pero fue devuelto años después a su estado original, y repintado en el color Candy Orange, un color presente en el Lamborghini Diablo de la época. El coche será subastado en Las Vegas, el fin de semana del 17 de junio.
Barrett-Jackson lo subastará sin precio de reserva, pero a tenor de su importancia histórica, su estado original y su certificado de autenticidad… es seguro suponer que alcanzará un precio realmente elevado.