Porsche es la marca más rentable del Grupo Volkswagen, pero en los años noventa estaba tocada y casi hundida. Con todos los costes que redujeron en la producción del Porsche Boxster, pudieron crear el Porsche Cayenne: el SUV que se convirtió en su tabla de salvación cumplió, en 2022, veinte años. Un par de décadas en las que hemos conocido tres generaciones: ¿cuál es la mejor de ellas? Esta ‘drag race’ tiene la respuesta.
Enfrentar a sus generaciones entre sí es una forma, muy gráfica, de comprobar cómo ha progresado un modelo con el paso del tiempo: eso es lo que ha hecho Carwow UK. El primer contendiente es el Porsche Cayenne Turbo (2.355 kilos), de primera generación, que estaba equipado con un V8 biturbo de 4.5 litros: generaba 444 CV y 620 Nm de par máximo. Sin embargo, no era su versión más poderosa: ese honor pertenecía al Porsche Cayenne Turbo S de 2008, que alcanzó un máximo de 543 CV.
Porsche Cayenne
Una década después llegó la segunda generación del Porsche Cayenne y supimos que diez años dan para muchos cambios en Stuttgart. El segundo rival es un Porsche Cayenne Turbo S con un V8 biturbo de 4.8 litros que generaba 562 CV y tenía un par máximo de 800 Nm. Era, sin duda, más potente que su antecesor y, sobre todo, era significativamente más ligero: pesaba 100 kilos menos.
De camino a la tercera generación, llegó la era eléctrica y el buque insignia de Porsche no pudo ignorarla. El tercer modelo, en cuestión, es un Porsche Turbo S e-Hybrid: el modelo previo al lavado de cara. Hablamos de un SUV capaz de entregar 670 CV y 900 Nm gracias a la combinación de un V8 biturbo de 4.0 litros y un motor eléctrico. Hay que tener en cuenta, eso sí, que la presencia de esas baterías dispara el peso hasta los 2.490 kilos.
Pasado y presente del Porsche Cayenne
Hechas las presentaciones, llega el momento de saber qué generación del Porsche Cayenne es la mejor. O, quizás, la más rápida. Más potencia y menos peso son los dos factores decisivos: el Porsche Turbo S e-Hybrid cubre el cuarto de milla (402 metros) en 11,6 segundos, mientras que el Porsche Cayenne Turbo S lo hace en doce. El Porsche Cayenne Turbo tarda 13,7 segundos.
A pesar de su exceso de kilos, el carácter eléctrico de la tercera generación marca las diferencias mientras el de la segunda bate, sin tapujos, al de la primera. Como es lógico, el patrón se repite de manera idéntica en el resto de pruebas: el modelo antiguo tiene un rendimiento inferior a los más nuevos. Sin embargo, esto no significa que no sean buenos: solamente les falta el progreso que sí tienen los demás porque, eso sí, sigue siendo muy divertido.