Ha sido uno de los grandes símbolos de Volkswagen, de tecnología y hegemonía en Europa, primero. De decisiones no siempre acertadas y, tal vez, un exceso de ambición. Y, en los tiempos más recientes, un símbolo de la nueva era eléctrica de la marca de Wolfsburgo. Pero, si las informaciones que llegan desde Alemania van bien encaminadas, podría estar en peligro.
A finales del siglo pasado Volkswagen se propuso un proyecto muy ambicioso. Ferdinand Piëch impulsó el lanzamiento de un sedán de gama alta, el Phaeton, con el que Volkswagen debía entrar en competencia con los buques insignia de BMW, Mercedes-Benz y, por supuesto, de su «prima» Audi. A tal efecto se levantó una factoría, la Gläserne Manufaktur de Dresde, o fábrica de cristal, que debía convertirse en todo un símbolo del dominio de la marca en Europa y cuya arquitectura se erigía en toda una declaración de intenciones: una fábrica transparente, y abierta al público, que dejase ver al exterior lo que sucedía de puertas – y cristales – para dentro, al respecto de una marca que no tenía nada que ocultar.
Volkswagen ID.3
Con el lanzamiento en 2021 del Volkswagen ID.3, la Gläserne Manufaktur de Dresde se reinventaba como un centro tecnológico – y por supuesto fábrica – de vehículos eléctricos. Pero sus puertas podrían cerrar muy pronto, tal vez definitivamente.
Adiós a un símbolo de Volkswagen
Según el medio alemán Automobilwoche, fuentes de Volkswagen, que por supuesto permanecen en el anonimato, habrían revelado que la continuidad de la fábrica de cristal de Dresde está en el aire. Aún no se habría tomado una decisión, pero entre las medidas planteadas por la marca e impulsadas por Oliver Blume, su CEO, para reducir costes, podría estar el cierre de esta factoría.
El coste operativo de la fábrica de cristal de Dresde se estima entre 60 y 70 millones de euros, según apuntan fuentes de la marca a Bloomberg), y su cierre permitiría un ahorro anual de 20 millones de euros.
Insistimos en que, según estas informaciones, aún no se habría tomado una decisión sobre el futuro de Dresde, que incluso tras el cese de la producción podría ser reasignada a otros cometidos.
¿Cerrará la fábrica de Volkswagen en Dresde?
Más allá del simbolismo, y del momento que atraviesa la industria del automóvil en Europa, preocupada por la irrupción de las marcas chinas, el movimiento no debería sorprendernos. Hace unos días Volkswagen anunciaba recortes en su principal fábrica de vehículos eléctricos en Alemania, la factoría de Zwickau (Automotive News), en la que también se produce el Volkswagen ID.3.
De las 83.432 unidades del Volkswagen ID.3 producidas en 2022 tan solo unas 6.500 unidades se produjeron en Dresde, que a finales de 2022 tenía en plantilla 340 trabajadores. Entre 2017 y 2020 se produjeron también 50.401 unidades del Volkswagen Golf eléctrico.
Por otro lado, Volkswagen está marcando un camino en su transición hacia el vehículo eléctrico en el que la filosofía de la Gläserne Manufaktur dista mucho de los objetivos a conseguir. Una transición en la que ya no tiene sitio la producción en volúmenes moderados, sino la economía de escala para conseguir poner en el mercado vehículos eléctricos que partan en el entorno de los 25.000 euros.