Volkswagen asumió hace tiempo la promesa de gestar no solo una familia de coches eléctricos, sino también que su primogénito sería tan especial como el mismísimo Volkswagen Golf. Cumpliendo con su palabra, los de Wolfsburgo presentaron lo que hoy en día conocemos como Volkswagen ID.3, primer miembro de la gama ID. y encargado de administrar su presencia en el sector eléctrico para que sea mitificado como mucho de sus hermanos de gama lo fueron otrora.
Sin lugar a dudas, la tarea que se propuso la casa alemana no parecía fácil, pero a priori la fórmula convencía. Y es que Volkswagen jugó una baza muy interesante, la de aprovechar uno de los puntos más lapidados del sector eléctrico y convertirlo en su fiel aliado y no en su kriptonita: el precio del ID.3.
Volkswagen ID.3
Así, prometiendo que se tendría que asumir un desembolso inferior a los 30.000 euros, muchos pusieron su atención en el compacto eléctrico alemán. Con la versión de acceso y con las diferentes ayudas instauradas por el Gobierno para asentar la electromovilidad esto fue posible, pero varios aspectos rápidamente chirriaron no solo a la prensa, sino también al potencial público del Volkswagen ID.3.
Y es que para poder cumplir esa esperanzadora promesa fue necesario reducir costes de producción. El problema radica en que Volkswagen decidió hacerlo en un apartado no crucial pero sí presente para todos: los acabados interiores. El ID.3 muestra ciertas zonas al alcance de la mano con una calidad más propia de un segmento inferior, lo que provocó una estremecedora oleada de críticas hacia el eléctrico alemán.
Pero rectificar es de sabios, y la firma teutona está dispuesta a enmendar sus errores mediante un prematuro restyling. Porque aunque el ID.3 aún no ha alcanzado la mitad de su vida comercial, Volkswagen está dispuesto a aplicar una renovación que si bien no va a suponer importantes novedades estéticas, sí que mejorará sus acabados, subsanando así uno de los defectos del compacto eléctrico.
Aún se desconoce la fecha en la que la renovación del Volkswagen ID.3 sacudirá el mercado, pero se espera que sea pronto. Además, la firma podría aprovechar la situación para aplicar mejoras tecnológicas y mecánicas, así como también preparar el correspondiente restyling del Volkswagen ID.4, modelo que flaquea en el mismo apartado que su hermano pequeño.
Sea como fuere, está claro que Volkswagen quiere mejorar a su elenco de vehículos eléctricos que, aunque no han empezado con mal pie, tampoco lo han hecho de manera soberbia. Aún así, la mayor duda recae sobre el precio del ID.3, punto que ya hemos dicho que es una de sus mejores bazas y que podría desmoronarse si el salto de calidad de acabados implica un mayor desembolso. Veremos qué sucede.