Pese a no ser un fabricante de coches, Yamaha es una de las firmas más ilustres en el mundo del motor por sus importantes contribuciones en el diseño de propulsores. Y una vez más quieren crear escuela desarrollando el primer V8 alimentado por hidrógeno. Partiendo del 8 cilindros de Toyota–Lexus en el que también ellos colaboraron, Yamaha quiere demostrar el potencial de la quema de hidrógeno para crear motores de altas prestaciones.
Los lazos entre Yamaha y Toyota–Lexus vienen de lejos, y esta fructífera asociación ha permitido crear algunos de los mejores motores de la historia moderna como los V8 atmosféricos que han dado vida a modelos como el Lexus LS, el IS-F o los más recientes RC F y LC 500, además del irrepetible V10 del Lexus LFA. De hecho, Yamaha también fue responsable del V8 empleado por Volvo.
Lexus LC
Aunque los V8 atmosfericos están en muy serio peligro de extinción, Yamaha ha querido darles una nueva vida a través del uso de hidrógeno como combustible, una opción que la industria japonesa parece abrazar cada vez más fuerte con Toyota a la cabeza. La presentación de este nuevo propulsor ha tenido lugar durante las Super Taikyu series en Okayama, en un evento destinado a exhibir los proyectos de propulsión alternativa en los que trabaja la industria automovilística.
Para dar vida a este propulsor, Yamaha ha partido del 5.0 V8 atmosférico 2UR-GSE que da vida a los RC-F y LC 500, adaptándolo al funcionamiento con hidrógeno, además de modificar la ubicación de la admisión y los escapes. No se altera la cilindrada (4.968 cc), ni la relación de compresión (12,3 a 1). Pensado como propulsor para coches de carreras, este V8 cuenta ahora con los escapes en el interior de la V, empleando una configuración de salida 8 a 1 que por seguro consiguen un sonido realmente espectacular, algo en lo que Yamaha nunca defrauda.
Esta adaptación también incluye un nuevo mapa motor específico, lo que se traduce en que este V8 alimentado con hidrógeno desarrolla una potencia máxima de 449 CV a 6.800 rpm y un par máximo de 540 Nm a 3.600 rpm. Estas cifras difieren ligeramente de las ofrecidas por el motor original alimentado con gasolina, pues el V8 de los LC 500 y RC F desarrolla 477 CV a 7.100 rpm y 530 Nm a 4.800 rpm.
En definitiva, Yamaha está dispuesta a mantener los V8 atmosféricos con vida gracias a la oportunidad que ofrece el hidrógeno como combustible. Toyota y Lexus están explorando esta opción con programas bastante ambiciosos, sin embargo mucho nos tememos que no será fácil ver en las calles este propulsor teniendo en cuenta que esta forma de entender el hidrógeno tiene muy pocos apoyos en la industria del automóvil.