Si hay un BMW Serie 1 más monstruoso que este, lo desconocemos. Este pequeño E87 de tres puertas ha recibido en sus entrañas un propulsor 5.0 V10 procedente de un BMW M5. Si no es suficiente locura – y un trabajo titánico su adaptación a calzador – el V10 ha sido sobrealimentado mediante dos compresores. Es un pack de preparación de G-Power, que eleva su potencia hasta los 750 CV. Este Serie 1 apenas es distinguible por fuera de un 118d ligeramente preparado, pero cuando pisa el acelerador a fondo… todo cambia.
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