El coche que hoy vamos a probar es la cuarta generación del Skoda Fabia. Es el último de los utilitarios del Grupo Volkswagen en pasarse a la plataforma MQB-A0 – que ya usan los Volkswagen Polo, SEAT Ibiza y Audi A1 – pero hay veces que los últimos… pueden ser los primeros. En esta toma de contacto queremos averiguar si importa que el Skoda Fabia llegue tarde a esta fiesta y si es suficiente un componente práctico excepcional para competir con garantías en un segmento B mas puntero, tecnológico y electrificado que nunca.
Un coche de diseño comedido
Lo primero que nos llama la atención del nuevo Fabia es que es un coche más grande. De hecho, es apenas 4 cm más corto que un Volkswagen Golf de cuarta generación. Con 4,11 metros de largo, no solo crece 11 cm con respecto a su predecesor. Su batalla aumenta en 94 mm y su ancho, en 48 mm. Su diseño toma rasgos de hermanos de gama como el Skoda Scala, especialmente en su frontal, donde destaca una gran calandra y un paragolpes con personalidad. Su perfil tiene discretos rasgos orgánicos y su zaga, más allá de los pilotos LED, es discreta.
Skoda Fabia
Disponible en nueve colores diferentes, solo se venderá en carrocería de cinco puertas. No habrá tres puertas, ni familiar – como ya os hemos explicado recientemente, la electrificación acelerada de Skoda ha llevado a una racionalización de la gama, y una de las víctimas ha sido el Skoda Fabia Combi.
Un interior muy práctico
De un vistazo, ya puede comprobarse que el nuevo Skoda Fabia es un coche muy evolucionado con respecto a su predecesor. Se siente moderno y fresco, especialmente gracias a la curiosa «capota» de la instrumentación, las inserciones en tela del salpicadero o la posición de la pantalla. Su ergonomía es casi intachable, a excepción de unos aireadores centrales que quedan algo bajos. Me gusta que conserve un climatizador con mandos físicos, y me gustan los tiradores de las puertas: son originales y quedan muy a mano.
En cuanto a calidades, es un coche en la media del segmento, pero está por debajo del SEAT Ibiza en calidad percibida y en materiales. Todo es plástico duro de ajuste correcto, a excepción de la zona tapizada, que se usa para enmascarar un interior que tiende al espectro básico del segmento. Sea como fuere, el plástico negro piano no abunda demasiado y hay multitud de soluciones prácticas (las clásicas Simply Clever de Skoda) y de almacenamiento disponibles – soluciones que la unidad probada no tenía, dicho sea de paso.
El Skoda Fabia que estamos probando lleva una instrumentacion digital de 10,25″, pero las versiones básicas se deben conformar con una instrumentracion analogica convencional. El display digital es impecable en cuanto a riqueza de información y personalización. El sistema de infotainment tiene pantallas de 6,5, 8 y 9,2 pulgadas, y es compatible con Apple CarPlay/Android Auto. La más equilibrada es la pantalla de 8″ de nuestra unidad, cuya fluidez, sistema operativo y conectividad no tienen objeción alguna, sin llegar a ser las mejores del segmento.
Antes de pasar a las plazas traseras, quiero detenerme en el paraguas integrado en la puerta del conductor, un detalle muy interesante que apreciaremos cuando llueva, y nos hayamos dejado en casa nuestro paraguas. Las plazas traseras del Skoda Fabia están por encima de la media del segmento en espacio para las piernas, espacio al techo y anchura, pero son idénticas a las de un SEAT Ibiza, sin ir más lejos. Y es que el Fabia comparte su distancia entre ejes de 2.564 mm con el SEAT. ¿A dónde han ido entonces los 11 centímetros que ha crecido el coche?
Se han ido al maletero. Un maletero de 380 litros que es el más grande del segmento – es tan grande como el de un SEAT León – y cuenta con unas formas regulares altamente aprovechables. Además, está cargado de ganchos y cinchas para organizar la carga, y Skoda ofrece redes y divisores para que nada se nos escape. La bandeja del maletero puede almacenarse tras los asientos en vertical y bajo esta, podríamos equipar un extra que crea un pequeño espacio para que guardemos nuestras chaquetas sin robar espacio a la carga o perder visibilidad.
Al volante de un Skoda Fabia 1.0 TSI de 110 CV
El motor del Skoda Fabia probado es posiblemente el más equilibrado en consumos y prestaciones. Es un 1.0 TSI de gasolina con 110 CV, asociado a una caja de cambios DSG de siete relaciones. Hace el 0 a 100 km/h en menos de 10 segundos y tiene potencia suficiente para solventar cualquier adelantamiento o incorporación. Es suficientemente refinado y es silencioso, sin vibrar demasiado ni ser brusco. Por debajo de este motor se encuentra un 1.0 TSI de 95 CV y una versión atmosférica de este mismo motor, con solamente 80 CV de potencia.
Por encima, tenemos un 1.5 TSI de 150 CV y cuatro cilindros. La gama del Skoda Fabia no tiene ya motores diésel y por el momento ni está electrificada, ni cuenta con una versión de gas natural. Por tanto, y de momento, no cuenta con etiqueta ECO de la DGT, algo que puede suponer un problema a partir del año 2023 en algunas ciudades españolas. Volviendo al volante del Skoda Fabia, se siente un coche diferente a un SEAT Ibiza o un Volkswagen Polo. Su puesta a punto es menos dinámica y apuesta abiertamente por el confort de los pasajeros del vehículo.
Por contra, aunque en una conducción habitual iremos más tranquilos y nos afectarán menos los baches, tendremos más balanceos e inclinaciones de carrocería cuando lleguen las curvas. Para solucionar esto, en las versiones Sport se equipa una suspensión más dura rebajada en 15 mm. Igualmente, Skoda ofrece un paquete para carreteras en mal estado, que eleva en 15 mm la suspensión y protege los bajos de forma adicional. Con el estado y evolución de nuestra red viaria, esta opción podría dejar de ser una anécdota para países del este de Europa.
Seguridad activa
El Fabia también se siente de un segmento C en asistencias a la conducción, en las que destacan un control de crucero adaptativo, una alerta de tráfico cruzado trasero, avisador de vehículos en punto muerto, un asistente de aparcamiento automático o frenada de emergencia con detección de peatones y ciclistas.
Conclusiones
El Skoda Fabia nos ha demostrado, sin lugar a dudas, que es el utilitario más amplio y práctico del segmento, y lo ha hecho sin lugar a dudas. Ha demostrado que es una compra sensata y lógica, ajena a las modas y al «postureo». Es un coche para aquellos que valoran el componente práctico por encima de otros factores, y su crecimiento, además del uso de la plataforma MQB-A0, hace que se sienta de un segmento superior, ya no solo por dimensiones, si no en tacto de conducción o tecnología y conectividad. No obstante, también hay que echarle un capón.
Su crecimiento de 11 cm hará que nos cueste más aparcarlo que el anterior Fabia, y su completa carencia de electrificación puede pasarle factura en un futuro a medio plazo. Además, ha perdido la versión familiar y tampoco habrá una versión RS de corte deportivo para los más petrolhead – una pena, habida cuenta de sus buenos mimbres y plataforma ágil. El tiempo dirá si es capaz de competir de tú a tú a nivel comercial con coches muy tecnológicos, pintones y electrificados. Puede que un precio atractivo sea uno de sus mejores ases en la manga.
¿Cuánto cuesta el nuevo Skoda Fabia?
Y es que el Skoda Fabia más barato tendrá un precio de solo 11.990 euros, aun teniendo 80 CV y un motor atmosférico de prestaciones muy justas. Si optamos por una versión de acceso con un motor turbo de 95 CV – muy equilibrado en cuanto a rendimiento y consumos – su precio, financiando la compra, será de 12.800 euros, si incluimos las actuales promociones de lanzamiento comercial. La gama se estructura en los acabados Active de acceso, Ambition/Emotion intermedios y Sport/Style topes de gama, caso de la versión probada en este vídeo.
El acabado intermedio tiene un sobreprecio de 1.200 euros a igualdad de motorización, y la diferencia de precio entre las mecánicas de 95 y 110 CV es de solo 500 euros a igualdad de acabado. El Fabia de cuarta generación ya está a la venta, y la única versión para la que habrá que esperar al año que viene para su comercialización, es la versión de 150 CV, cuyas ventas en España se estiman en menos del 10% de las ventas totales del Skoda Fabia.